El líder del PP Alberto Núñez Feijóo hizo ayer en la Puerta del Sol de Madrid, ante cientos de miles de ciudadanos, un buen discurso político en fondo y forma. Puede que su mejor discurso desde que asumió el liderazgo de su Partido y de la Oposición.
Un discurso claro, moderado y contundente que reconcilian a Feijóo con quienes en el PP tenían algunas dudas sobre su liderazgo. E incluso, y ello es quizás lo más importante, un discurso que lo acerca a muchos españoles del centro izquierda moderado, ahí incluidos votantes y militantes del PSOE, que hoy están preocupados con la deriva de esta grave crisis política e institucional española.
Los que se consuelan con la críticas de García-Page a Puigdemont y sus pactos infames, pero que empiezan a estar cansados de ver como el político de La Mancha lanza -sin mencionar nunca a Sánchez- piedras al estanque y luego esconde inmediatamente la mano, no vaya a ser que se enfade su líder.
Feijóo dijo de Sánchez que ‘gobierna con deshonra y se irá con deshonra’ y tarde o temprano el político gallego acertará. Como debe acertar Feijóo en el debate de la investidura de Sánchez con un discurso no dirigido a Sánchez, el candidato del PSOE y de Puigdemont. Sino con un discurso de Estado dirigido a ‘la Nación Española’ que Sánchez pretende trocear.
No en vano Feijóo se ha convertido en el tribuno de una gran mayoría de los españoles al margen de su militancia y su posicionamiento ideológico y tiene por delante, en su esperada intervención en el Congreso, un discurso fundamental y de posible alcance histórico.
Y que se olvide Feijóo de entrar en el ‘cuerpo a cuerpo’ con Sánchez en los vistosos turnos de réplica que el candidato a la investidura se traerá escritos desde La Moncloa, porque es a los españoles a los que debe dirigirse Feijóo y no a Sánchez, que a fin de cuentas es el representante y el rehén del prófugo Puigdemont.
De la Puerta del Sol de Madrid a la Carrera de San Jerónimo, donde está el Palacio de las Cortes, ‘la sede de la soberanía nacional’ que Pedro Sánchez trasladó a Waterloo, hay una distancia muy corta.
La que le ha de permitir a Feijóo desgranar la continuación de su buen discurso del domingo en el corazón de Madrid. Mejorando la forma literaria y el nivel de sus citas y la exactitud de sus planteamientos jurídicos.
En suma un discurso tras la senda de los que fueron memorables e históricos discursos en las Cortes Españolas de gobernantes y de dirigentes políticos de este país. Un discurso de Estado, dirigido a la Nación.