Biden es uno de los presidentes de los EEUU (el 46 a lo largo de 235 años) de más edad y también con más experiencia política, especialmente en cuestiones internacionales. Ningún otro presidente ha conocido de cerca a más lideres rusos, chinos o europeos como el actual inquilino de la Casa Blanca. Quienes le presentan como un viejecito durmiente están muy poco enterados. Biden no anda en la luna, ni su equipo carece de competencia e información. La crisis en Ucrania es un buen ejemplo de que los de Biden están al loro con razonable anticipación.
Esta semana última ha sido crítica para Biden por su cita en el G7 en Japón, por sus contactos directos con aliados estratégicos reales y potenciales y, también por el pulso que mantiene con la mayoría republicana en el Congreso que debe aprobarle (o no) la ampliación del techo de gasto antes de que acabe el mes. La cuestión es qué precio debe pagar, cuánto será suficiente para los republicanos cuyo objetivo no es otro que quebrar a los demócratas, al margen de las consecuencias para su propio país, y el resto del mundo.
De momento los republicanos han pedido mucho y esperan que Biden se rinda como lo hizo en su momento Obama. La diferencia entre el brillante presidente 44 (el mejor en los discursos) y el experimentado Biden es que éste conoce muy bien los pasillos del Congreso y el alma de los congresistas. Necesita unos pocos votos republicanos para evitar el colapso de la administración federal. Un colapso que pasará factura electoral a quien lo provoque. Un dilema difícil de resolver por el rigor de los plazos., por lo complicado de medir cuando dolor puede soportar el adversario.
En la pista global Biden salda el mes con suma positiva, Rusia está más aislada y derrotada y China más cooperante que hace meses; en la pista local, en la permanente batalla del Capitolio Biden puede anotarse otro éxito ampliando el techo presupuestario sin comprometer su política económica y presupuestaria. Para andar dormido el Presidente 46 va ganando batallas parciales antes de competir por la reelección.