Al jefe de la campaña electoral del PP, Elías Bendodo, habría que recordarle la famosa rueda de prensa del ex entrenador del Barça Louis Van Gaal en el holandés reprochó las críticas de los periodistas: ‘siempre negativo, nunca positivo’.
Porque Elías Bendodo, que tiene nombre de profeta y lo fue en Andalucía, está planteando para el 23-J una campaña del PP en clave ‘negativa’ con la lista de ministerios que van a cerrar (empezando por el de Igualdad) y de las leyes que van a eliminar, siguiendo el mandato del líder Alberto N. Feijóo, que anunció que iba a ‘derogar el sanchismo’.
En la creencia Bendodo que los españoles, pase lo que pase en la campaña, van otorgar al PP una amplia victoria, como ya creen en los altos despachos de Génova 13. Donde incluso hablan de 160 diputados según lo pronostica Narciso Michavila, el ‘certero’ oráculo de GAD3. Y el que el 28-M desarboló el CIS de José Félix Tezanos, el gato negro y gafe de La Moncloa.
No cabe duda, y ojalá se cumpla, que España necesita un ‘cambio de ciclo político’ pero está necesidad, que parece avalada por una amplia mayoría social cansada de Sánchez y del ‘sanchismo’ Frankenstein, sería más fácil de lograr con un discurso ‘positivo’ que tranquilice y atraiga a los votantes moderados del PSOE y a los ‘huérfanos’ de Cs.
De manera que, más que presentar la lista de lo que van a quitar, sería mejor que Bendodo hablara de la recuperación de la unidad y cohesión de España, de la regeneración de las instituciones, de mejorar la situación económica de las clases medias en salarios, viviendas, pensiones, empleo y en la sanidad,
Un discurso en ‘positivo’ y con un programa concreto donde la bajada de los impuestos (al estilo de Ayuso) no puede ser la novedad central, porque la izquierda la calificará como propuesta para ‘beneficiar a los ricos’.
Y luego está el discurso del ‘voto útil’ del PP en contra de Vox que incluye el riesgo de que el partido de Abascal pierda el tercer puesto nacional y se lo ceda a Sumar para convertirla en tercera fuerza política nacional.
Que es la única oportunidad que tiene Sánchez, en su cuento de la lechera, de repetir Gobierno si Sumar supera el 15 % de los votos (como Cs en abril de 2019 (15,8 % y 57 diputados) y se acerca a los 60 escaños. Los que con ayuda de los 33 escaños de nacionalistas le dejarían al PSOE de Sánchez a 83 diputados de la mayoría absoluta.
Estas fueron las cábalas que se hicieron en La Moncloa para justificar el adelanto electoral del 23-J. En la creencia, también, Sánchez, de que la ventaja lograda por el PP en las municipales del 28-M, de poco más de 700.000 votos, era si movilizan a la izquierda y recuperan 400.000 votos.
Como si eso fuera tan fácil para un PSOE en desánimo, que perdió el 28-M cuanto controlaba el poder territorial y que ahora, sin fuerza territorial, debe perder las elecciones con una mayor diferencia a favor del PP.
Además si en abril de 2019 Albert Rivera logró 57 escaños (que lo volvieron loco), ello fue posible porque el PP de Pablo Casado se quedó en ¡66! De manera que si Sumar llega a 60 diputados -lo pronosticó Iván Redondo- ¿en cuántos se quedará el PSOE?. Asimismo, si el PP llegara 160 escaños ¿cuántos diputados logrará Vox?
Y allá el PP con su decisión de aceptar uno o dos debates con Sánchez, porque eso es una temeridad y un regalo a Sánchez. Por más que algunos analistas consideren que contra más aparezca Sánchez en televisión peor para el PSOE, como lo piensan muchos de los dirigentes socialistas que este sábado asistirán, ¿callados?, al Comité Federal del PSOE.
En todo caso, señor Bendodo, ‘siempre positivo, nunca negativo’. Eso es lo que recomienda el sentido común y la crítica constructiva, que no debe mal interpretar porque, a fin de cuentas, es un ‘asesoramiento al poder’. No en vano ‘la crítica’, como su propio nombre indica, debe ser ‘destructiva’. Pero en tiempos de ‘tribulaciones’, como decía San Ignacio, mucho cuidado con las ‘mudanzas’. En todo caso me debes un café.