Era necesario que el Madrid jugara en Nápoles para que Bellingham rememorara a Diego Armando Maradona, que da nombre al estadio. El inglés no hizo exactamente la jugada, yo estaba allí, en la que el argentino vengó a su país por la derrota ante Inglaterra en Las Malvinas, pero protagonizó una copia de aquella maravilla balompédica. El gol del inglés fue lo mejor del partido. Fue también lo más sobresaliente del Madrid que se está adaptando a las condiciones futbolísticas del gran fichaje de esta temporada.
Kepa Arrizabalaga fue condenado en el primer gol del Nápoles. Fue en jugada de córner, en lanzamiento al centro de la defensa, que es donde viene naufragando el Madrid juegue quien juegue en la zona. El guardameta salió mal. Colaboró con sus compañeros que mirando al cielo en busca del balón habitualmente se deslumbran aunque sea de noche. Con el tanto, el ímpetu napolitano pareció que iba para claro ganador. Ostigard aprovechó el barullo en la zaga madridista y lanzó al equipo local hacia la victoria. Había superioridad napolitana en los ataques y el Madrid tenía que jugar a la contra con Kroos en el centro, mandando y dando juego a sus compañeros y, sobre todo, a Bellingham que acabaría por cambiar la dirección del viento.
Bellingham aprovechó una fatal salida del Nápoles, interceptó el mal pase y el balón con vitola de gol y se le dio a Vini que aprovechó el regalo. A partir del empate ya no hubo más viento que el que se soplaba en las velas madridistas. Y llegó la jugada. Bellingham cogió el balón casi en el centro de campo y comenzó un eslalon en el que burló a varios contrarios. El remate de la espléndida carrera fue el gol que puso al Madrid en el ámbito de las tardes imperiales. Horas antes se había registrado un pequeño terremoto en los aledaños de la ciudad. Sunami fue el que provocó Bellingham, A partir de este momento hubo que dar por ganador al Madrid. El Nápoles aunque tuvo gran oportunidad en el remate de Osimhen que Kepa frustró como diana. Kepa, con su espectacular parada, obtuvo el perdón de su pecado.
La ventaja madridista fue anulada por el penalti que cometió Nacho y transformó en tanto Zielinski. El Madrid con cambios en el equipo terminó por vencer en una jugada casi diabólica. Disparó Valverde, desde su casa, y el trallazo inmenso se estrelló en el larguero. El rebote dio en Meret, portero napolitano, y hubo gol. El disparo de uruguayo tuvo la marca de tanto en propia puerta.
Ancelotti volvió a cambiar a Kroos por Modric. Ambos juntos parece que no jugarán grandes encuentros. Las rotaciones dieron juego a Mendy por Camavinga, que había sido castigado con tarjeta amarilla, y finalmente, Ceballos entró por el irregular Vini. Joselu relevó a Rodrygo para buscar más batalla en el área, pero esta vez no fue tan resolutivo. Ancelotti no renunció a la guarda del empate.
El Nápoles buscó en todo momento a Osimhen que mantuvo gran duelo con Rudiger. Los intentos napolitanos por volver a batir a Kepa fueron inútiles, entre otras razones porque el propia guardameta evitó el tercer tanto local.