Como si de una película de suspense se tratara hemos asistido a una batalla ‘a cara de perro’, entre Yolanda Díaz y Pablo Iglesias. Este último escondido tras Ione Belarra, la que ayer por la tarde firmó la integración de Podemos en la coalición de Sumar para las elecciones del 23-J antes que concluyera el plazo de las ‘coaliciones’ aunque para las listas definitivas tienen por delante diez días más hasta el miércoles 19.
Con lo que pacto inicial, firmado entre Podemos y Sumar, puede ser ‘papel mojado’ y no está concluido del todo. Como lo dejó claro Belarra en una ambigua declaración en la que anunció que Sumar había vetado la presencia de Irene Montero en sus listas, lo que Belarra rechazó diciendo que ‘no lo iban a consentir’.
Es decir un alegato contradictorio y aparentemente indescifrable de Belarra, hasta que se supo que Podemos había inscrito en el ministerio de Interior un partido bajo el título de ‘Juntas sí se puede’.
Lo que encendió las alarmas en Sumar por la posibilidad de que Podemos lance antes del día 20 una tercera marca llamada ‘Juntas si se puede’ para competir con Sumar y con Irene Montero en su cabecera en el caso d que Yolanda Díaz mantenga el veto a Montero. Con lo que la guerra entre Iglesias y Díaz todavía sigue abierta.
Salvo que Yolanda Díaz, que sigue escondida como en ella es algo habitual, rompa la negociación y vete no solo a Montero sino también a Podemos dentro de Sumar. Lo que puede hacer en cualquier momento, incluso el miércoles día 19, si decide cambiar las listas electorales iniciales de Sumar, expulsando de ellas a los candidatos de Podemos en caso de que Montero aparezca liderando -contra Sumar- el nuevo partido ‘morado’ de ‘Juntas si se puede’, si es que verdaderamente existe y constituye su ‘Plan B’.
De este lamentable espectáculo buena parte de culpa es de Yolanda Díaz por no dar la cara, no enfrentarse a Podemos cuando debía y por mentir, cuando desde Sumar, su portavoz y sus aliados, dijeron que no había vetos. Lo que resultó falso cuando se confirmó la exclusión Irene Montero (la que ayer fue condenada por el TS a pagar 18.000 por difamación).
Una Irene Montero a la que proteja su marido Iglesias y cuya presencia en Sumar ahora se considera tóxica, sobre todo por las graves consecuencias de su chapucera Ley del ‘si es sí’ que ha beneficiado a 1.127 delincuentes sexuales, 115 de ello en libertad. Una Ley que, por cierto, apoyó Yolanda Díaz y sobre la que ambas dos, Irene y Yolanda, votaron en contra de su reforma y rectificación.
Las espadas pues de Iglesias y Díaz siguen en alto hasta el día 19, salvo que uno de los dos, en las próximas horas o días de su brazo a torcer, lo que no es fácil de imaginar. Entre otras cosas porque Iglesias está dedicado a jugar la estrategia del ‘cuanto peor para todos’ mejor para él.