Gareth Bale ha anunciado en su país la decisión de retirarse. Se va un futbolista de gran clase que en el Madrid no pasó inadvertido porque algunos de sus goles fueron importantísimos. No obstante, dejó estela clarísima de que no le gustaba el fútbol. Bale no fue un profesional en la mayor acepción de la palabra. Humanamente tampoco fue el individuo que se integra en una organización importante como la madridista. Incluso llegó a ser casi cuerpo extraño en el vestuario a pesar de que sus compañeros nunca hicieron sangre con algunas de sus actitudes insufribles. Todos los entrenadores confiaron en él e hicieron declaraciones en las que afirmaron que, esta vez, sí. Nunca llegó a manifestar plenamente ser el futbolista genial que se conocía. Dejó sobre el césped solo pequeñas dosis de su calidad. Lo que nunca aportó al club fue compromiso, actitud colaborativa y, en ocasiones, dejó en el ambiente sensación de que no estaba lesionando, sino que se pretendía pasar por tal porque en su ánimo estaba más quedarse en casa que montarse en el autobús del equipo. A veces, su ausencia futbolística la compensaba físicamente jugando al golf del que los expertos decían que tenía hándicap destacado.
Bale dejó con su marcha un alivio en el club. Técnicamente se puede decir que, por lo que costó y los pocos momentos en que fue decisivo, su contrato no fue un acierto. Al club le queda, ahora, la otra cargada mochila, la de Hazard de quien se confió en que por lo que se le conocía sería hombre importante en el conjunto. Hazard se ha excusado en una lesión de tobillo, aunque junto a ello ha tenido actitud poco entusiasta. Ni siquiera en la selección de Bélgica, en la que se creía firmemente en él, ha terminando justificando las loas de su federación y seleccionador. Ha pasado por el Mundial con mucha pena y ninguna gloria. En el Bernabéu tampoco saben muy bien qué hacer con él. El club no lo puede regalar, pero lo incluiría en las rebajas de enero para quitarse un peso muerto. Hazard no es comparable a Bale. El galés deja mejor memoria.
Posdata. Esta semana toca la Supercopa de España que de nuevo se disputa en Arabia Saudí. La Federación Española se siente satisfecha porque esta extraña combinación deja millones en caja. Como diría Piqué “la pela es la pela”.