En esta siniestra lotería, que ha organizado Pedro Sánchez para destruir el Código Penal, suprimiendo el delito de sedición y reduciendo las penas del delito de malversación a Oriol Junquera le ha tocado ‘el reintegro’. Es decir su reintegro a la política activa porque con esas reformas desaparecerán las penas de inhabilitación que le quedaban pendientes a pesar del indulto.
De esa manera Sánchez ha pagado su deuda con ERC y puesto el Código Penal al servicio de los delincuentes sediciosos y malversadores y puede que también de los políticos corruptos, como anuncian varios fiscales anti corrupción a propósito de la malversación.
Y cuando concluyan las próximas elecciones generales, a finales de 2023, veremos a Oriol Junqueras, el jefe del golpe catalán de 2017, sentado en su nuevo escaño del Congreso de los Diputados y mofándose de la Justicia y de la inmensa mayoría de los españoles.
Porque con sus reformas Sánchez ha desactivado la sentencia del Tribunal Supremo, y destrozado buena parte del ordenamiento jurídico español, lo que espera culminar con la caza del CGPJ y del Tribunal Constitucional.
Eso es lo que hay y lo que está ocurriendo sin que se mueva un ‘gato’ (o una ‘gata’) en el Gobierno, de donde deberían haber dimitido al menos los dos ministros que son magistrados, Robles y Marlaska. Ni en el PSOE, tras lo ocurrido con la Ley del ‘sí es sí’ de la ministra Montero -mientras son más de 100 los violadores y agresores sexuales los beneficiados- y la Ley Trans que es otro disparate y otra chapuza de Montero y que la acaban de aprobar.
Esto es lo que hay y camino vamos de la traca final para los primeros meses de 2023 cuando se consume la reforma del sistema de votación del CGPJ (para pasar de la mayoría de tres quintos a mayoría simple), con lo que, por fin, Sánchez nombrará a su ex ministro de Justicia y una ex directora general de Moncloa, nuevos magistrados del TC alcanzando la mayoría del Tribunal.
Para que, cuando concluya ‘la caza’ el TC no declare inconstitucionales las reformas de la sedición y malversación, hechas ‘ad hominen’ y solamente para favorecer a los delincuentes condenados del golpe catalán y a los que aún están a la espera de juicio. Y a toda esta banda de golpistas catalanes a los que sí duda Pedro Sánchez les acaba de alegrar la Navidad.