2023

Mimosas en flor

PixabayMimosas

Las primeras mimosas del año las he visto en la acera.

Las han puesto y expuesto artísticamente en la floristería de abajo, “Muse” de Montmartre, una de las mejores floristerías de París, y puede que también la más pequeña.

No cabe tanta flor ni tanta belleza en su local diminuto y encantador a partes iguales, saliendo las flores a las aceras, incluso a la calzada adoquinada, a llenar la calle de la luz que le falta al día.

No hace frío en París, o al menos el frío que por aquí suele hacer por estas fechas.

De vez en cuando, incluso el cielo se abre, y la casa de la cantante Dalida (1933-1987) se llena de una luz irreal, tras el enramado de un árbol que así, deshojado, no sé nombrar, y luego el blancor de la fachada, con algo de ladrillo rojo y también pintado de blanco, con el azul profundo del cielo al fondo.

Parece mentira que viviendo en la que es tal vez la más bonita casa para vivir en París, la vida se le hiciera a Dalida insoportable, como escribió y firmó en una de sus notas de suicidio:

La vie m´est insupportable

Perdonnez moi

Dalida

Lo curioso es que la escribiera sin puntos finales y en una página con el membrete de la calle donde vivía, sin número, porque es la casa que hay al fondo de la Rue D´Orchampt a la cual se accede, todavía hoy, a través del portón de hierro del jardín.

Me impresiona el silencio de este barrio, en alguna de sus esquinas, como el parque de la rue Burq, al que mira esta casa, donde se oye bajo una lluvia muy fina la greguería de los pájaros, su lenguaje, puede que, de un bando de gorriones, que no se ven al estar escondidos, pero cuyo piar se trasluce y resuena y tintinea bajo la lluvia como en una cueva de agua.

Hay tal paz que se diría que no vive nadie, y hay millones de almas alrededor.

Los arbustos tienen ya sus yemas abriéndose al año que empieza, y se ven las varas muy rojas de alguna planta que tampoco sé nombrar.

Perder los nombres es como perder la vista, porque se ve menos si no sabemos identificar lo que vemos, como las personas que nos cruzamos y no conocemos y que no son nadie porque no sabemos quiénes son, así la naturaleza se desvanece cuando no sabemos los nombres de las especies, aunque sean las de un jardín, donde sólo soy capaz de ponerle nombre a una forsitia, o eso creo, porque, con la edad, ya no estoy segura de nada, ni tampoco quiero estarlo, simplemente estar.

Ha desaparecido la prisa por llegar a ninguna a parte, aunque, claro que sí, tengo mis objetivos para este año, pero porque no sé vivir de otra manera, más que haciendo cosas por el camino, sin detener el paso, pero a la vez deteniéndome en las cosas, que es de donde yo saco las palabras, de lo que está quieto, posado como un pájaro y se deja mirar y nombrar y casi pintar con las letras.

Empieza a abrir el día, las niñas se han ido al colegio, Alba ya se sienta sin rechistar en su silla, Gabrielle se ha vuelto mayor y no para de hablar y de contar cosas con una gracia natural sorprendente, y nosotros nos vamos a pasear sin rumbo fijo, que es la única manera de llegar a alguna parte que merezca la pena.

Ir a por las cosas, está muy bien.

Pero es mejor encontrarlas cuando no se estaba queriendo llegar a nada.

Así es como yo quiero que sea 2023.

Feliz.

Sin propósitos ni fin ni final.

Sobre el autor de esta publicación

Mónica Fernández-Aceytuno

Nace el 4 de mayo de 1961 en Villa Cisneros (Sáhara Español).

Licenciada en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid se dedica desde 1991 a la divulgación de la Naturaleza en la prensa por lo que obtiene en el año 2003 el Premio Nacional de Medio Ambiente “Félix Rodríguez de la Fuente de Conservación de la Naturaleza” por su labor de difusión, y en el año 2007 el Premio Literario Jaime de Foxá.

El dos de octubre de 2008, se le entrega la Medalla de Honor del Colegio de Ingenieros de Montes al Mérito Profesional por su actividad en la prensa y en Internet.

Es columnista de ABC desde 1997, y colabora asiduamente en el suplemento NATURAL de ABC.

En 2007 funda el portal de la Naturaleza www.aceytuno.com, del cual es editora.