Se cumplen 20 años de la segunda guerra de Irak con la que el presidente Georges W. Bush y sus aliados (la España de Aznar incluida) dio respuesta a los criminales ataques de los comandos terroristas de Bin Laden contra los Estados Unidos, y con el argumento, que resultó falso, de las pretendidas armas de ‘destrucción masiva’ de Sadam Hussein.

Armas que nunca existieron y por ello no aparecieron y que estuvieron como excusa en el inicio de un conflicto bélico tan ilegal, mortífero y destructivo como lo es hoy la invasión de Ucrania por la Rusia que lidera Vladimir Putin.

La segunda guerra de Irak se anunció en la cumbre de las islas Azores en la que participaron Bush, Blair y Aznar. El presidente español que, días antes, había impulsado en el Consejo de Seguridad de la ONU un mal y aguerrido discurso de la ex ministra de Exteriores, Ana Palacio, en favor de intervenir de manera urgente y militarmente en Irak.

Y fue, muy probablemente, ese apoyo de Aznar (aunque España no intervino en el conflicto, pero sí en la fase de la ocupación del territorio iraquí por las fuerzas ‘aliadas’) lo que provocó el tremendo ataque terrorista y yihadista a España del 11-M de 2004. 

El que Aznar, sin decir verdad y ocultando todos los datos que tenía, intentó endosárselo a ETA en pos de ganar tiempo y de llegar con la confusión a la noche electoral en la que su sucesor, Mariano Rajoy, fue derrotado por José Luis Rodríguez Zapatero, después de una enorme manifestación en Madrid en la que el grito unánime fue el de: ‘¿quién ha sido?’.

Años después los EE.UU., que poco a poco fueron saliendo de Irak, cayeron en la trampa -ya probada por los rusos- de la guerra de Afganistán de donde también tuvieron que salir huyendo y de muy mala manera. Aunque antes el presidente Barack Obama logró destruir a la organización terrorista de Al Queda con la caza y muerte de su emblemático líder Osama Bin Laden.

Y ahora estamos inmersos, aunque no directamente implicados, en la guerra criminal e invasora de Putin en Ucrania. Un conflicto de alto riesgo para la paz en Europa que está lejos de terminar, y en el que España aporta, de manera legítima, armas y ayuda económica desde el marco de la OTAN y de la UE. Una guerra ilegal y mentirosa de Putin como lo fue hace 20 años la segunda guerra de Irak.