1 octubre: exaltación del líder

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez (c) y la portavoz de socialistas en parlamento europeo, Iratxe García (d) a su llegada a la clausura las Jornadas del Grupo S&D en Madrid este jueves.

EFEEl presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez (c) y la portavoz de socialistas en parlamento europeo.

La historia no se repite, aunque rima. Comparar siempre es exagerado y a veces odioso, pero da pistas e ilumina sesgos. Durante las largas y obscuras décadas del franquismo el 1 de octubre se celebraba la “Exaltación del Caudillo” (es decir Franco), un festejo para recordar que por esas fechas de 1936 los militares del golpe designaron a Franco en Salamanca general en jefe del ejército y, de paso, jefe del nuevo Estado que sustituía al presidente y al jefe de gobierno de la República, es decir la consumación del golpe. Detrás de ese festejo de la “Exaltación” está el culto al líder, al jefe en la estela de los gobierno autoritarios, de las dictaduras de Mussolini y Hitler. Así iban las cosas en los años treinta.

Casi un siglo después el culto al líder no ha decaído, los nuevos dictadores desde Cuba a Rusia, de Venezuela o Nicaragua, de Putin a Trump… siguen siendo vectores dominantes de ese modelo político de las que ahora llamamos autocracias. Se caracterizan por ese culto al líder y también por la demonización de la oposición, por la sumisión del poder judicial, por la descalificación y persecución a la libertad de prensa y por la eliminación de las contenciones institucionales que caracterizan las democracias. La metodología para detectar las tendencias autocráticas es sencilla, está definida y suele producirse paso a paso, de una tendencia a otra.

Nadie puede sostener que el modelo político español se deslice hacia la autocracia, ni siquiera que la erosión del sistema democrático sea una realidad, siquiera incipiente. Pero hay sesgos que alarman y que merecen atención y aviso.

El documento firmado por los jefes provinciales del PSOE para animar a Sánchez a formar gobierno tiene mucho de insólito, innecesario y excesivo. ¿Precisa el PSOE ese tipo de manifestaciones para reforzar al líder? Lo llaman manifiesto, pero tiene tintes de exaltación del líder. Peor aun, los argumentos centrales son tan banales e inconsistentes que alarma que en la cabeza del partido del gobierno haya tan poca cabeza.

Sostiene el manifiesto que la expresión de las urnas del 23J fue “cara en el NO a Feijóo” que es una hipótesis cuando menos improbable; al igual que la acusación de que la estrategia del PP esté “basada exclusivamente en el insulto y la mentira”. Deben creer que por decir algo se convierte el real o cierto.

Nada dicen del esquema de alianzas para la investidura y de la coherencia de las posiciones electorales de Sánchez durante la campaña y las que sostiene en esto momentos.

El cualquier caso la exaltación del líder como fuente de doctrina y de estrategia sin debate interno confirma una tendencia que casa mal con los fundamentos de las democracias respetables. El manifiesto es muy deficiente, con tintes populista y electoralistas poco convenientes al complicado momento actual. Demasiada intensidad emocional y poca densidad intelectual.

Sobre el autor de esta publicación

Fernando González Urbaneja

Nacido en Burgos en 1950, licenciado en Ciencias Políticas y titulado en Periodismo.

Desde 1999 hasta el año 2006 profesor asociado del departamento de Historia Económica en la Universidad Carlos III.

En la actualidad es colaborador habitual de los diarios ABC y otras publicaciones. Desde noviembre de 2003 a diciembre de 2011 preside la Asociación de la Prensa de Madrid y desde abril del 2004 hasta septiembre de 2008 Presidente de la Federación de Periodistas de España (FAPE).

Autor de los libros “Rumasa” (Planeta, 1983); “Banca y poder, la pasión por ser banquero” (Espasa Calpe, 1993); “Ética en la empresa informativa” en “Ética y empresa, visión multidisciplinar”, (Fundación Argentaria-Visor, 1997).

El Gobierno le designó en mayo de 2004 como miembro del comité de expertos para la reforma de los medios de comunicación de titularidad del Estado.

Actualmente es Decano del Departamento de Periodismo y Comunicación Audiovisual Facultad de Ciencias de la Comunicación Universidad Antonio de Nebrija.