La Cuesta de la Sal
El adarce es la costra de sal que se deposita sobre las cosas y las plantas que hay cerca del mar.
Es una palabra preciosa, adarce, que brilla de cristales, como la propia salumbre que la conforma, igual que una joya.
Me pregunto por qué se llamará “Cuesta de la Sal” al lugar donde ahora resulta que parece ser que hay otro castillo, o castro, o ambas cosas a la vez, pero no al mismo tiempo, ya que hubo ocupaciones tardías de los castros célticos.
No me extraña que este lugar donde vivo se llame territorio de Nendos, del céltico “nemeton”, santuario, ya que parece ser que los castros también lo fueron de alguna manera.
Todo esto lo leo en el libro del gran historiador que fue Manuel Murguía, además de marido de Rosalía de Castro, en el Volumen I de su “Historia de Galicia”, la cual no me deja olvidarme de ella desde que he comenzado a comprenderla.
No sé si seré capaz de explicar esta sensación de descubrimiento de lo ya conocido.
Cuánto me gusta no saber para aprender.
Para descubrir lo que desconocía del lugar donde vivo, el cual, de pronto, se ha vuelto valiosísimo para mí con cada dato que voy hallando con la simple lectura de los libros; ya los que busco; ya los que llegan por azar a mis manos; ya los que me recomiendan los buenos amigos.
Y este de Manuel Murguía merece la pena, y a la vez me da pena, mientras lo leo, que ya no viva; no haber sido contemporánea yo de alguien de tanta sabiduría para haberle podido preguntar, incluso pedir ayuda, ante la indefensión y desamparo en el que vivimos quienes habitamos hoy el territorio de Nendos.
Era un valiente este hombre.
Lo sé por cómo escribe:
“Se hace necesario que las autoridades superiores de las cuatro provincias, declaren “monumentos nacionales”, tanto las mámoas como los castros y demás monumentos célticos, para salvarlos de su completa ruina, haciendo responsables a los alcaldes de los atentados que contra ellos se cometen diariamente”.
Me pregunto qué hubiera dicho Manuel Murguía si supiera que se tramita un proyecto que pretende convertir en polígono industrial una de las mayores necrópolis megalíticas de Galicia.
Toda la zona está llena de túmulos funerarios y de petroglifos y de castros y de fortalezas.
Yo creía que había sólo un castillo, pero después he descubierto que en realidad son dos, ambos situados en los lugares llamados, curiosamente, “O Castelo”.
Y como no hay dos sin tres, parece ser que podría haber un tercero.
¿No sería aconsejable reconsiderar este sinsentido y realizar una prospección de todo el ADE Monte do Gato, declarado hace 20 años entre los municipios coruñeses de Oza-Cesuras, Coirós y Aranga, sobre un territorio tan valioso para el Patrimonio Natural y Cultural de Galicia y de España y de Europa?
Los restos de “una construcción circular que bien pudieran ser los restos de otra fortaleza o torre defensiva” ha sido descrita, con fotografía catastral incluida, en “Cartas al director” de “El correo de España” el 6 de septiembre de 2021 por Francisco Pato Fandiño, basándose en la “la apreciación visual de una imagen y de una situación”, siendo esa situación la Cuesta de la Sal.
¿Por qué se llamará “Cuesta de la Sal”?
No lo sé todavía.
Pero ya brilla como el adarce.