Francisco Pazos
Salió a despedir a alguien cuando nosotros entrábamos. Llevaba un pantalón azul añil y una camiseta blanca, algo vieja y sobada por el trabajo, con el anagrama de seguros Ocaso. Atardecía y a la vez era ya muy tarde. No teníamos que haber ido. Ni siquiera estaba previsto pasar por allí, pero Julie se empeñó […]