El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, de Oliver Sacks
El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, Oliver Sacks. Traducción de José Manuel Álvarez Flórez. Ed. Anagrama. 2002. Colección Compactos. Tapa blanda. ISBN 978-84-339-7338-2, 319 págs. 10,90 €.
Gómez de Liaño citaba este libro en su dietario sobre Dalí. Hors de question leerse todo lo que Liaño recomendaba o citaba en ese libro si además tienes un trabajo y ganas de no ser trascendente a cada instante pero siempre quise leer a Sacks y además tiene una cubierta, ilustración de Paul Slater, que homenajea a Magritte. Honrosa elección la de elegir libros por sus cubiertas. Privilegios del papel.
Sacks enumera casos clínicos que ha observado durante su carrera y los disecciona. Los divide en cuatro grandes áreas según su manifestación: pérdida, exceso, arrebato y el mundo de los simples. Y digo bien si me refiero a que Sacks “observa” y para ello hace falta tiempo e interés. Y así comienza la mayor parte de sus relatos, con las notas que ha ido recogiendo sobre la evolución de un paciente, con el contraste de opiniones con otros especialistas, con el intento de nuevas terapias sobre enfermos desahuciados. En fin, el ideal del desempeño de la medicina. He leído sobre el síndrome de Tourette, sobre el síndrome de Korsakov, sobre la enfermedad de Cupido (elegante eufemismo de sífilis). Y he leído sobre pacientes que siendo conscientes de su dolencia, se resisten a que sea mitigada en algunos casos, porque la propia enfermedad les hace manifestarse con más libertad y desinhibición de la que han podido mostrar en sus vidas. De nuevo, la estrecha relación entre paciente y médico hace que este tipo de situaciones se solventen con naturalidad más allá del protocolo estrictamente establecido.
A pesar de lo notable del libro, lo he cogido de una biblioteca. Por aquello de que estoy en una época en que la acumulación de libros no representa un fin en sí mismo. Y además pequeño alegato a favor del particular “book crossing” que se hace en algunas bibliotecas. Se llama “punto de intercambio” y uno puede encontrar estupendas novelas de Petros Márkaris a cambio de sus libros de fotografía. Recomiendo alejarse y observar cómo alguien hojea “tus” libros, escoge uno y mientras finges indiferencia, te alejas y sonríes.
Escribe tu comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Agradecemos tu participación.