Antes de que la R.A.E. suprima la palabra “tournée” (así reza la amenaza de la vigésima tercera edición) y la novela de Jardiel Poncela pase a llamarse “La gira de Dios”, hablemos del fenómeno veraniego del escritor que se pasea por provincias.

La foto que nos ocupa corresponde a la escritora Clara Obligado (izquierda) en la presentación de su libro en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Carboneras (Almería) a principios del mes de mayo. Invitada por un grupo de lectores del pueblo con el apoyo del ayuntamiento y el entusiasmo de otros. Creo que es modelo de presentación que se repite con cierta frecuencia en la costa durante el verano. Vaya Vd. a saber por qué.

En esta presentación, por lo automático de su discurso de presentación, creo que ha hecho miles de veces este tipo de encuentros, que los lugares van variando, el diálogo con los asistentes admite ciertos desvíos, pero se advierte en el escritor un cierto estilo cansado, cansino, harto de escucharse el mismo discurso y con un punto de pretendido interés. Se firmarán algunos libros, se cruzarán algunas conversaciones y se conocerá a admiradores y a aficionados al relato corto. Y aunque se cite a Hannah Arendt y se lancen ideas tales como “el amor suicida es una idea del s.XIX” (y yo piense en la Julieta de Shakespeare tres siglos antes), y se intente crear un clima de cierta inquietud literaria, excuse-moi pero vuelve la idea de cierto hastío, un poco más soportable con la brisa del mar.