Las cenas del club de los sábados,  Amy Bratley (traducción de María Corniero) Ed. Alevosía. 2013. Tapa dura. ISBN 978-84-15608-37-0.  340 págs. 19,95 €. eBook: 9,95 euros.

Primera impresión al comenzar esta novela: el título está mal traducido. Sin ser José María Valverde ni haber traducido a Shakespeare, sabemos que los ingleses se ahorran todas las preposiciones de mundo anteponiendo nombres a nombres que pasan a funcionar como adjetivos. Lo sabemos todos. Es tema recurrente en la primera caña. Pues este título suena raro y el original en inglés dice: “The Saturday supper club”, lo cual que, yo habría traducido “El club de las cenas de los sábados”. Y el título en alemán lo corroboraría: “Samstags in Supper club”

La segunda consideración es que a medida que lo leía y sobre todo al aproximarse el final, tenía la sensación de que ya había visto la peli. En realidad estaba leyendo el refrito de mil pelis románticas, esta vez tratada con una pizca de inteligencia y sin desenlace demasiado obvio pero muy esperable. La  protagonista tiene ese punto neurótico y cómico de Bridget Jones y la historia en general me recuerda a la película Los amigos de Peter. Quieres seguir leyendo porque evidentemente hay una historia pero con el mismo interés con el que haces zapping volviendo a la peli romanticona a ver si realmente acaba como esperas.

Es una novela escrita con soltura y con una historia cercana y clara. Y con una referencia constante al vino. No hay encuentro entre los personajes en que no abran una botella de vino la cual suele ser desencadenante de sus cabreos, ridículos y disputas. Desconozco si la autora está haciendo una crítica nada velada sobre los hábitos alcohólicos de los ingleses y el uso del vino como vía de escape y único de canal de sinceridad. Si no lo está haciendo, miente muy bien.

La autora ha ganado el premio Baccante 2012. Los temas de sus tres novelas están ahí: cenas, niños y recetas.