Cómo enseñar un museo, de Encarna Jiménez
Cómo enseñar un museo, de Encarna Jiménez. Institut Valencià d’Art Modern, Valencia, 2010. Tapa blanda. ISBN: 9788461408276, 183 págs. 12,50 €.
IVAM Documentos es la línea editorial que ha creado el museo valenciano para difundir contenidos relacionados con el ámbito museológico desde una perspectiva didáctica. El primer objetivo de estos cuadernos parece ser el propio mundo profesional que se dedica a esta actividad, pero tras la lectura de este libro, creo que cualquier persona interesada en los museos y con un mínimo de curiosidad sobre el asunto puede aprovechar esta lectura.
Este libro es una visión bastante fidedigna de lo que un museo de arte moderno y contemporáneo es hoy día y sobre todo, de cómo pretende ser percibido. De ahí el énfasis en los aspectos didácticos, comunicación, de alianzas con patrocinadores y de participación con los visitantes. En el apartado final, se concentra en la experiencia del IVAM, en donde trabaja como Directora de Comunicación y Desarrollo, pero la experiencia es extrapolable a otras instituciones.
Dice la autora que los museos se han convertido en lugares de moda, de culto, de diferenciación, de logo, de dime quién te construye y te diré quién eres. El museo es ahora marca comercial que sigue las mismas estrategias de crecimiento y fidelización que cualquier otro producto (calidad, fiabilidad, confianza). No veo incompatible crecer y hacerlo bien. No veo incompatible que las instituciones fomenten el turismo y sirvan a la vez para ofertar contenido elevado de conocimientos y sensibilización del público interesado. Contenido elevado, sí. Una tesis doctoral detrás de cada pieza, como se observa atinadamente en el blog que he descubierto recientemente, realidades inexistentes, al hilo de la exposición de James Coleman en el Museo Reina Sofía, no.
Por último, aunque la edición está bastante cuidada, he encontrado dos fallos de transcripción de otros idiomas: “lid” (pág. 102) para decir “lead” de prensa y “Museo de Orsey” (pág. 169) que en otro contexto perdono la “e” por la “a”, pero aquí no.
Una corroboración final:
Dice literalmente en la página 11: “(…) trabajar en un museo es un privilegio por su carácter enriquecedor y estimulante, la experiencia de sus profesionales es un patrimonio que podemos poner al servicio de la pedagogía que todo museo público debe practicar…(…)” Doy fe.
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