La RBE (Republica Bolivariana Española)
El presidente Sánchez ha llamado, con un desprecio infinito, ‘piolines’ a los policías nacionales que el Gobierno de España envió a Barcelona en 2017 para hacer frente al golpe de Estado catalán. Muy bonito, Pedro, después de maltratar al CNI y dejar ‘indefensas’ a las Fuerzas Armadas, ahora le toca el turno a la Policía Nacional, y en consecuencia también a la Guardia Civil.
Sánchez se arrodilla, eso sí, ante el riquísimo Emir de Qatar, Tamim Bin Hamed Al Zani, quien como los Magos de Oriente nos ha traído oro, incienso y Mirra: 4.500 millones de euros en inversiones, contratos de gas y petróleo (para suplir los envíos de Rusia y los posibles recortes de Argelia) y una ola insufrible de calor.
Honores y una majestuosa acogida de Sánchez al Emir y reproches y vetos al Rey Juan Carlos I -que se queda sin pase de pernocta en La Zarzuela por orden de La Moncloa- en su regreso, hoy, a España. Donde don Juan Carlos participará en Sanxenxo en una regata, se comerá unos camarones de las rías y luego, tras saludar brevemente a su hijo Felipe VI, regresará, pasito a paso, a su dorado destierro en Abu Dabi, porque Sánchez lo ha declarado un proscrito.
Un Sánchez que está usando al monarca emérito como amenaza y palanca de su soñada RBE. Es decir su Republica Bolivariana Española, con la que sueñan Sánchez e Iglesias. Y que nada tendría que ver con una III Republica Española porque Sánchez, con la ayuda de Zapatero, está en la otra senda del republicanismo populista y de extrema izquierda radical de los Chaves y Maduro que es ajeno y alérgico a cualquier sistema político democrático y en libertad.
No en vano, y si Feijóo deja de hacerle regalos ‘plurinacionales’ a Sánchez, en La Moncloa consideran que la RBE sería el último cartucho de Sánchez para permanecer en el poder en caso de desplome del PSOE en próximas citas electorales.
Las que se iniciarán, dentro de un mes, el 19 de junio en Andalucía y que continuarán, para desastre del PSOE, en los comicios autonómicos y los municipales de la primavera de 2023, según lo van pronosticando las últimas encuestas electorales. Lo que se convertiría en la antesala de la última cita con las urnas en las elecciones generales de finales del año próximo.
Las que serán la prueba de fuego de este régimen sanchista autoritario y destructivo que hace agua por doquier. De manera que mucho cuidado y mucho ojo con estas siglas que ya se manejan en ciertos círculos próximos a La Moncloa, que empiezan ahora a ponerse de moda y se llaman RBE.