Yolanda Díaz puede hundir a UP
El día en el que Pablo Iglesias anunció su retirada de la política y propuso a Yolanda Díaz como lideresa en funciones y cabeza del cartel electoral de UP el ‘aparato’ de Podemos, sus ministros y su grupo parlamentario debieron de ponerse a disposición de Díaz. Y a colaborar estrechamente con ella para articular, en torno a su figura y liderazgo, la plataforma electoral de izquierda radical con la que pretenden competir con el PSOE y unir todos los partidos minoritarios del mismo sector de la política española.
Pero, lejos de actuar en consecuencia con la oferta de Iglesias a Díaz, los dirigentes de UP, azuzados por el propio Iglesias, han discrepado de Díaz en el seno del Gobierno -por ejemplo en contra del envío de armas a Ucrania-, y han criticado públicamente a Yolanda Díaz. Hasta el punto de decir Iglesias que se equivocó al proponer a Díaz y debió haber convocado las primarias de UP para elegir su nuevo liderazgo.
Y ahora Iglesias, que sigue ejerciendo desde la distancia de patrón de este barco a la deriva que es UP, no tiene líder de su propio partido ni candidato a las elecciones generales. Como tampoco tienen candidato en Andalucía donde han dado un lamentable espectáculo de ansiedad y ambición que se ha saldado con la exclusión de Podemos de la coalición ‘Por Andalucía’ que representa a una parte de la izquierda radical andaluza.
Lo que se puede haber convertido en la antesala de la ruptura definitiva de UP con Yolanda Díaz, que ha dicho de esta bronca y desastre organizativo de UP: ‘estas son las cosas que alejan a los ciudadanos de la política’. Y lo que ha servido para escenificar la buena sintonía entre Díaz y Errejón, frente a los desencuentros de Díaz con Echenique, Belarra y Montero.
Los tres dirigentes de UP que carecen de empaque político, de un buen balance de gestión pública -que si tiene Díaz- y de la notoriedad necesaria para liderar un ‘frente amplio’ de la izquierda. De manera que a UP solo les queda el retorno del ‘brujo’ Iglesias, quien ya se estrelló en las elecciones de Madrid al grito de ‘¡que vienen los fascistas!’.
Motivos todos ellos por los que Yolanda Díaz debería despejar de inmediato la incógnita del futuro de UP, exigiendo para ella el mando absoluto de esta nueva y futura coalición electoral nacional, o que cada uno vaya por su lado y ya veremos quien gana y qué ocurre.
Aunque lo previsible, en caso de ruptura final de Díaz e Iglesias, es que UP se hunda a la misma velocidad que en 2014 llegaron con éxito a la política. Hasta lograr, en las elecciones de 2015 el sorprendente resultado de 71 escaños, para ahora conformarse con 35 y camino de 25, según los últimos sondeos electorales.
O puede que camino de la desaparición y el suicidio político como ya les ocurrió a Rosa Díez en UPyD y a Albert Rivera en Cs. Y como le puede pasar a Iglesias con UP si Yolanda Díaz e Iñigo Errejón (una víctima de Iglesias) caminan juntos con ‘los verdes’, Colau y Oltra, en pos de las elecciones generales de 2023. O incluso antes si Pedro Sánchez, que está sumido en un sin fin de problemas, acaba rompiendo su coalición y todas sus alianzas Frankenstein.