Yolanda Díaz, 'cuan largo que mi fiáis'
Fue Tirso de Molina quien puso en boca de 'El Burlador de Sevilla' la frase de 'cuán largo me lo fiáis' que viene al buen pelo, frondoso y ondulado, de la vicepresidenta Yolanda Díaz, una vez que se ha sabido que hasta finales del presente año ella no va a desvelar si acepta o no liderar un frente electoral de la izquierda radical tal y como se lo propuso hace meses Pablo Iglesias.
En teoría, Yolanda ha decidido que necesita ocho meses para culminar una gira por España a fin de detectar las inquietudes, aspiraciones y problemas de las bases electorales de la izquierda antes de presentar su proyecto y su organigrama, lo que por una parte parece razonable pero por la otra resulta innecesario. Porque basta con asomarse a la ventana para poder adivinar las inquietudes y deseos de la izquierda electoral española.
De manera que al bote pronto parece bastante cierto, vistos los movimientos orquéstales de Podemos en la oscuridad y los palos que Iglesias no deja de meter en las ruedas del carromato con el que Yolanda pretende dar la vuelta a España, que la vicepresidenta tiene muy serias dudas de que su aventura sea posible y pueda comenzar.
Sobre todo porque no cuenta con apoyo decidido de UP que se conforma con el 10 % (25 escaños más o menos) que le otorgan las encuestas y que Iglesias, Belarra y Montero consideran de su exclusiva propiedad.
Y porque al final -y eso es lo que preocupa a UP- más que saber lo que piensan los posibles votantes de la izquierda lo que habrá que conocer cuál es el proyecto político que Yolanda Díaz tiene para España. Y si ello es un proyecto ‘constitucional, europeísta, democrático y socialdemócrata (para entrar de manera ‘transversal’ en el electorado del PSOE) o si, por el contrario, es un proyecto intervencionista, anti sistema, anti europeo y anti OTAN, y muy próximo a Bildu y ERC, como hoy día es el modelo de UP.
En cuyo caso para ese viaje Yolanda no necesita tiempo ni alforjas. Aunque lo que en realidad le gustaría a Yolanda sería una operación del estilo de ‘la Francia insumisa’ de Jean Luc Melenchon. Un populista de izquierda radical y anti europeo, que está aprovechando la crisis existencial de los socialistas franceses para forzar una urgente plataforma electoral de la izquierda gala de cara a los comicios legislativos del 12 y 19 de junio.
Comicios que exigen bloques ideológicos importantes porque el sistema electoral francés, a dos vueltas y por circunscripciones, obliga a pactos importantes en la izquierda y la derecha y porque en la segunda vuelta, que es la decisiva, solo participan los dos candidatos -y no todos los partidos-, que resultaron más votados en primera vuelta. Y ese sistema electoral que, lamentablemente, no tiene nada que ver con el de España donde mandan las listas cerradas a una sola vuelta, facilita las coaliciones como la que está preparando Mélenchon.
En España las cosas van por otros derroteros y para empezar el PSOE, por el momento, no tiene la crisis existencial del PSF. Y además en el flanco del populismo de la izquierda radical quien sigue al mando es Iglesias.
De ahí que Yolanda Díaz si quiere saltar a la palestra electoral debe hacerlo de la mano de Más País de Íñigo Errejón y Mónica García, que también son ‘trasversales’ y personas de fiar. Y a partir de ahí , como ocurrió en aquel encuentro llamado el ‘aquelarre de Valencia’, buscar apoyos de la izquierda regional dejando la opción de la posible participación de UP para el final.
Además en este país, está Europa y el mundo en que vivimos y en el que pasan tantas cosas todos los días, ocho meses son una eternidad. Por lo que hace muy bien Yolanda en darse un largo plazo de espera y reflexión, porque en las actuales circunstancias las prisas son una temeridad.