Sánchez gira a la derecha para ocupar el centro
Parece ser que el pasado día 1 de marzo a Pedro Sánchez se le apareció la Virgen del Fátima y le dijo: ‘Pedro, quo vadis’. Y al presidente se le iluminó el rostro y se le abrió la mente y entendió, como cierto, el riesgo real de una III Guerra Mundial y que tenía que reaccionar.
Y acto seguido anunció el envío de armas a Ucrania rectificando su negativa de tan solo dos días atrás y dejando a Podemos, a sus socios de Gobierno, boquiabiertos y desconcertados. Y lo que es peor dejando a los de UP del lado de Putin y cayendo en las encuestas, como la del CIS, pero incapaces de romper la coalición.
Y en esas estábamos cuando ayer, de sopetón, Sánchez dio otro nuevo giro hacia la derecha y anunció, por sorpresa, el apoyo de España a la autonomía del Sáhara Occidental que propuso el Rey Mohamed VI de Marruecos en 2007, renunciando Sánchez a la histórica posición de España de neutralidad y a la defensa del referéndum de autodeterminación aprobado por la ONU.
E imaginamos a Pablo Iglesias dando alaridos por su jardín de Galapagar y a su pupila, la vicepresidenta Yolanda Díaz, con esa carita de pena que pone para comerse los sapos que le cocina Sánchez, y diciendo que UP seguirá apoyando al Frente Polisario.
Pero sin anunciar Yolanda como debiera y por dignidad que los ministros de UP se van del Gobierno que es lo que debería hacer ese quinteto si tuvieran vergüenza política.
Y el día 29 en el Consejo de Ministros Sánchez aprobará una bajada de los impuestos a la energía y no la subida de impuestos a empresas energéticas como lo pide Yolanda, al tiempo que Sánchez, también en contra de UP confirma el aumento del presupuesto de Defensa a lo que se opone UP.
Naturalmente si desconcertados están en Podemos con Sánchez, en el PP lo están aún más con este giro a la derecha de Sánchez en política exterior y de seguridad. Y uno se pregunta ¿qué piensa Feijóo? Pues pensará que con estas decisiones el presidente Sánchez está intentando ocupar el centro de la política que dejó vacío Cs.
Mientras el PP continúa lamiéndose las heridas de su crisis interna y Feijóo anuncia que ya no se van de la sede nacional de Génova 13 por donde aún deambulan por la noche los fantasmas de Casado, Rajoy y Aznar.