¡Fuera mascarillas!
Para que no digan que Sánchez el magnánimo solo favorece a los golpistas catalanes con indultos y otras dádivas, el Gobierno acaba de aprobar el fin de las mascarillas en espacios públicos y privados al aire libre. Medida que entrará en vigor este sábado, a pesar de que la incidencia de los contagios vuelve a subir y del macro rebrote juvenil de fiestas que Mallorca que ya ha contabilizado más de 600 contagios y otros muchos cientos de cuarentenas.
Pero el pueblo pide aire limpio y Sánchez, que es muy generoso, se lo va a conceder, al mismo tiempo que anuncia una bajada del IVA de la luz para que nadie se enfade, Y menos aún ahora que ya tenemos en los octavos de la Eurocopa a la Selección Nacional, donde al pobre de Morata no le dejan en paz y está sufriendo acoso y amenazas de unos imbéciles patriotas que nada tienen que envidiar a los del procés.
¡Fuera mascarillas! y ¡vivan las caenas! del absolutismo imperante en este país que empieza a respirar aire puro por las calles de España camino de las montañas y de las playas a las que el imbécil -Johnson dixit- ministro de la Sanidad inglés, Hancock, no deja venir a España a los ingleses sin tener la obligación de pasar cuarentena aquellos viajeros del Reino Unido que visiten nuestro país.
Sánchez está eufórico con lo de los indultos porque le ha felicitado el ex presidente de Francia François Hollande el que, dicho sea de paso, liquidó el Partido Socialista Francés. Y al que la hermosa esposa del ex presidente Nicolás Sarkozy -ahora en apuros judiciales- Carla Bruni le dedicó, en una canción, el mote de ‘el pingüino’.
Y traemos a Sarkozy a colación porque su gran amigo José María Aznar acaba de decir, sobre los obispos y empresarios catalanes que apoyan los indultos, que ‘estos son días para apuntar y no olvidar’. Lo que nos trae a la memoria el mote que alguien le puso a Aznar de ‘el pequeño rencoroso’ (‘le petit méchant).
Un poco de todo hay en la viña del Señor o en el ‘Campo de Marte’ de la política española y también lo tenemos que decir.
Pero de momento ¡fuera mascarillas!, crecen las vacunas y más adelante Dios dirá por boca de la sonriente e ilusa ministra Carolina Darias que es como un osito de peluche subido a un pedestal. Nada que ver con la furiosa Gorgona cabreada que parece ser su compañera portavoz, M.J. Montero -‘Chiqui’ para sus amigos- que por nada del mundo dice una sola verdad.
Y preguntamos, adivina adivinanza ¿dónde está Pablo Iglesias? Silencio sepulcral.