Regresar a Madrid y Barcelona
A nadie le gusta que se acaben las vacaciones de agosto a pesar de todas las limitaciones impuestas por la pandemia en playas, restaurantes, bares, discotecas y centros deportivos. Además el panorama político, social y económico y laboral que nos espera al regreso es bastante inquietante en todo y no digamos el sanitario.
Y si el regreso es a Madrid pues entonces mucho peor porque los últimos datos de los contagios e ingresos en hospitales no dejan de crecer. Y porque los gobernantes madrileños Ayuso y Aguado son una pareja cómica con altas dosis de incompetencia, como se vio en las dramáticas residencias de los ancianos fallecidos meses atrás, y nos recuerdan a las mascaras de esos payasos que actúan en las películas de Terror.
Ayuso del PP y Aguado de Cs no transmiten la menor confianza ni certeza sino una profunda inquietud. Y da la impresión que la sugerencia hecha por Pedro Sánchez de poder decretar un ‘estado de alarma regional’ la hacía pensando en un posible confinamiento en barrios de la capital y algunos pueblos de Madrid.
Porque si las cosas se ponen muy mal en Madrid, capital administrativa y económica de España, un confinamiento regional puede llegar a afectar al funcionamiento de la economía del país. De manera que si la sanidad empeorara a gran velocidad en Madrid, no solo estaríamos hablando de estado de alarma regional, sino a lo mejor también del artículo 155 de la Constitución. Salvo que Casado y Arrimadas provoquen -ya lo debían de haber hecho- el cese de los primeros gobernantes de la Puerta del Sol.
Y tras Madrid Barcelona, la capital política y económica catalana que no le va a la zaga a Madrid en desgobierno y caos sanitario. Porque ya sabemos del fanatismo y la incapacidad política de Torra. El que afortunadamente va a ser inhabilitado por el Tribunal Supremo a finales de septiembre, aunque de aquí hasta esa fecha este loco es capaz, como Nerón en Roma, de prender fuego a la ciudad.
Vamos, entendemos perfectamente que Leo Messi se quiera ir del Barça y de Barcelona a Manchester, Milán o a París, aunque solo sea para cambiar de aires y perder de vista el lío ruinoso del separatismo catalán.
O sea, lo del regreso de vacaciones a Madrid y Barcelona que comienza este fin de semana se presenta para muchos habitantes de ambas plazas como una pesadilla existencial. Y si además en los próximos días tienen que llevar los niños a los colegios, pues qué más les vamos a contar.