Odio a los Iglesias y la salud mental de Ayuso
El vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, han presentado una demanda por acoso a su familia -no sabemos contra quien- en un juzgado de Madrid con el argumento de que son víctimas del odio que genera la extrema derecha.
Sin embargo Iglesias se niega a comparecer en el Congreso, como se lo pide la Oposición, y en aras de la ‘transparencia’ que reclama la ministra de Defensa, Margarita Robles. A lo que I. Montero responde diciendo que le va a pedir explicaciones a Sánchez por las palabras de Robles que está claro que las considera ofensivas para ellos.
Por otra parte, el alcalde de Valladolid, Oscar Puente, ha declarado que la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso tiene problemas mentales que dañan por su incompetencia la vida de los ciudadanos madrileños y afectan a las Comunidades Autónomas que lindan con la CAM.
Esto está ocurriendo en España, mientras las cifras del contagio del virus alcanzan cifras alarmantes (casi 20.000 en el pasado fin de semana) y cuando desde Hong Kong unos científicos han informado que tienen pruebas de que una persona que sufrió y pasó el coranovirus ha vuelto a infectarse, lo que ha provocado gran inquietud.
Asimismo, estamos a tan sólo siete días de que comience el curso escolar, lo que despierta gran inquietud entre los padres de familia que temen que sus hijos resulten contagiados y lleven el virus a sus casas.
Especialmente, cuando los gobiernos autonómicos están prohibiendo las reuniones de más de 6 o 10 personas, y en las clases se prepara una cota de asistencia de entre 15 y 25 estudiantes por aula, y desde luego muchos más en los autobuses del transporte escolar.
Pero el Gobierno no está dispuesto a retrasar la apertura del curso escolar ni a asumir el mando nacional en la Educacion ni en la Sanidad para dejar toda la responsabilidad en manos de los Gobiernos de las CC.AA.
Comunidades desde donde, por ejemplo, la presidenta madrileña Ayuso que antes rechazaba todas las decisiones sanitarias del Gobierno, ahora reclama el mando único del Ejecutivo de Sánchez porque probablemente ella no se siente con fuerza -ni preparación- para abordar todos estos problemas.
No sabemos si las acusaciones sobre la salud mental de Ayuso tienen una base médica o científica o si simplemente es un insulto o descalificación de un dirigente político a otro, lo que estaría muy mal.
Pero lo que sí está demostrado es la más que verdadera incompetencia de Ayuso, como se vio en las residencias de los ancianos en Madrid, muchos de ellos fallecidos por los errores del Gobierno de la CAM, unas muertes que se están investigando en los tribunales.
Y lo que debe hacer reflexionar y actuar al presidente del PP Pablo Casado, que fue quien nombró a Ayuso para un cargo que la supera y nadie en el PP sabe el por qué de esa decisión. Cuando lo de Ayuso es mucho más grave -por su incidencia en la ciudadanía- que lo de Cayetana Álvarez de Toledo que era una cuestión interna del PP.