Sánchez en Xirivella
Pedro Sánchez ha vuelto y ha reunido a 1.500 personas en Xirivella (Valencia) donde en principio sólo pretendía participar en una mesa redonda que se convirtió en un mitin al aire libre en el que el exsecretario general del PSOE criticó con dureza a la Gestora del partido diciendo que su tiempo se ha acabado y que lo que tiene que hacer es convocar el Congreso del partido para frenar a Rajoy.
Sánchez, que presumió de no haber votado la investidura de Rajoy, sigue obsesionado con el líder del PP, que es la única base de su discurso político. No habla de sus varias y continuadas derrota electorales, ni tampoco de lo que le hubiera ocurrido al PSOE en caso de unas terceras elecciones, ni reconoce la crisis del Partido Socialista que dejó tras su marcha de la secretaria general, ni su de sus dobles derrotas en la Ejecutiva y en el Comité Federal.
Pero sobre todo, Sánchez no habla de la necesidad de un gobierno para España ni dice cual es su alternativa al gobierno de Rajoy, ni con quién pactaría para la formación de un gobierno. Sanchez oculta la realidad de su trayectoria, fracasos y proyectos y permanece enrocado en el discurso simplista del 'no es no' ante las bases del PSOE, donde pronto se va a escuchar un discurso contradictorio de Susana Díaz y de otros dirigentes socialistas.
Sin embargo el arranque de Sánchez, denunciando la abstención de su partido durante la investidura de Rajoy, ha sido bien acogido por quienes acudieron a su convocatoria y el éxito de esta su primera salida en público tras la renuncia de su escaño en el Congreso de los Diputados le dará alas y preocupará a la gestora y a los barones socialista que ya habrán entendido que Sánchez va en serio y que solo acaba de comenzar.
Él piensa que con su iniciativa hace algo en contra de Rajoy y del PP, pero es al revés, porque si Sánchez fomenta la fractura socialista serán el PP y PODEMOS quienes se beneficien de los problemas del PSOE. Un Podemos, por cierto, que votó contra la investidura de Sánchez y que ahora se ha convertido en su único aliado posible en un futuro que de momento se antoja muy lejano y que incluye para el socialista una larga travesía de un desierto por el que ha comenzado a caminar entrando con buen pie.