Obama indultó el pavo que se comerá Trump
Con motivo del ‘Día de acción de gracias’ en los Estados Unidos, una muy tradicional fiesta nacional y familiar, el presidente Barack Obama indultó en la Casa Blanca un pavo blanco que probablemente acabará comiéndoselo Donald Trump, quien aprovechó la fiesta para pedir que los ciudadanos norteamericanos se unan en torno a su ahora próxima presidencia lo que no conseguirá con facilidad.
No hay día en el que Trump no rectifique algo de los que prometió en su ruidosa campaña electoral de la fama a contrapelo. La que tan bien le salió en las urnas, sobre las que han aparecido sombras de sospecha en algunos de los llamados estados oscilantes o decisivos.
Trump tiene el poder al alcance de su mano y quiere reconciliarse con el periodismo porque teme que en su dudosa trayectoria empresarial se descubran algunos asuntos que podrían llevarlo al ‘impeachtment’ del Senado si apareciera alguna sonada irregularidad lo que no sería nada de extrañar.
Se acerca pues a pasos agigantados un año de 2017 tenso e incierto en los primeros centros de poder del Planeta empezando por EE.UU. y a la vez siguiendo por Francia, Alemania e Italia, pendientes de elecciones y referéndum. Con el Brexit británico a punto de comenzar, con un Putin crecido con la llegada de Trump a la Casa Blanca, con un Erdogan que amenaza a la UE con expulsar de sus fronteras a miles de inmigrantes, una crisis de Siria e Irak que nunca se acaba (más de 100 muertos en el último atentado terrorista en Irak), y con China a la espera del desafío comercial de Trump lo que puede organizar todo un revuelo mundial.
Sin embargo algunos analistas más optimistas ven la botella mas llena que vacía y creen que estos cambios también traerán oportunidades y obligarán a nuevas políticas más realistas, menos austeras y cercanas a los ciudadanos. De hecho en España se está estrenando la cultura del diálogo político y de los pactos de gobierno lo que constituye toda una novedad que veremos hasta donde llega, mientras PP, PSOE y Podemos preparan sus respectivos congresos partidarios.
Desde luego la prudencia aconseja no hacer apuestas de futuro y estar atentos a los próximos movimientos en la escena internacional, en la que sin duda Trump será la estrella y quien marque el ritmo y el rumbo de la actualidad. Y por las buenas o por las malas estamos seguros de que no defraudará porque su pasión por la fama lo inundará todo en los medios de comunicación y redes sociales para bien o para mal. Así fue como consiguió la victoria en la campaña presidencial, aunque está claro que una cosa eran los mítines ruidosos y provocadores y otra distinta tener que gobernar desde el puente de mando de la política mundial.