La Sexta TV, ‘justiciera selectiva’
La muerte por infarto de Rita Barberá, sometida en los últimos meses a un tratamiento anti depresivo y a una intensa presión política (dentro y fuera del PP), y de los medios de comunicación (unos más que otros) ha abierto un debate tardío sobre el comportamiento de los políticos y periodistas en casos como el de Rita y en otros similares relacionados con el debate político, la gestión pública y la corrupción.
Está claro que hubo excesos y también responsabilidades políticas no asumidas, dado que el particular ‘calvario’ de Rita se hubiera mitigado mucho en caso de que ella misma hubiera renunciado a su escaño del Senado y el PP hubiera evitado su aforamiento.
Sin embargo en muchos medios, en lo que a Rita Barberá se refiere, sí hubo casos de acoso informativo (hasta en la misma puerta de su casa) y también de mofa y escarnio de su persona, como ocurrió con La Sexta TV donde los días y minutos (mañana, tarde y noche) que le dedicaron Rita y excedieron el alcance de sus presuntas responsabilidades en la corrupción del PP de Valencia, no probadas en los tribunales, aunque hubo indicios de su participación.
Y bueno sería que La Sexta TV, que es tan aficionada a las estadísticas, publicara un informe completo sobre el número de apariciones en su antena y los minutos dedicados a Rita Barberá en el año 2016, lo que a buen seguro que llamaría la atención.
Sobre todo si se los compara de manera proporcional con escándalos de corrupción mayores del PP, PSOE y CiU que van desde los ‘papeles de Bárcenas’ hasta los EREs de Andalucía, pasando por el 3 % catalán y los Pujol. Porque no estamos diciendo que sobra la crítica y denuncia de los escándalos de la corrupción pero en este caso algunos, como La Sexta TV, se han cebado en la soledad de la senadora.
Y citamos La Sexta TV porque el rol muy destacado que esta Cadena tiene en el ámbito de la información política, con la pretensión (les queda un largo trecho) de convertirse en una especie de ‘CNN a la española’. Sobre todo ante el abandono de la calidad profesional y por la descarada parcialidad pro PP del Canal 24 Horas de RTVE, que ha dejado en el segmento de la información diaria y continuada un gran vacío (al que se ha sumado el repliegue de Telecinco) que La Sexta TV supo ocupar con periodismo y profesionalidad.
Pero a la vez con un sesgo de ‘justicieros selectivos’ muy pro Podemos -a los que no les aplican la ‘pena de videoteca’ como a otros partidos- y un juego perverso de tertulianos publicistas (que no analistas) de sus respectivos partidos que los dueños de la Cadena -de clara ideología conservadora- han consentido para ocupar ese espacio de la influencia y del negocio comercial en el ala progresista de la audiencia televisiva.
Pero también con la aviesa y calculada intención de favorecer al PP con la promoción de Podemos, en menoscabo del PSOE, lo que sin duda se ha conseguido como se aprecia en la profunda crisis de los socialistas en la que la mayor responsabilidad corresponde a sus dirigentes.
Aunque ahora da la impresión que los máximos responsables de La Sexta TV consideran que se les fue de las manos hasta derivar en un notorio problema para la estabilidad del país por el riesgo de que el avance de Podemos acabe por destruir el PSOE, como en Grecia pasó con el PASOK.
De ahí que en los últimos meses se aprecia en La Sexta TV un cierto distanciamiento de Podemos y la recuperación de lazos con el PSOE y de sus relaciones con el PP, en menoscabo de su actitud de ‘justiciera selectiva’ que ponía el foco en la crisis socialista y en la corrupción del PP. Obviando en sus debates e informaciones muchos postulados poco democráticos de Podemos, sus connivencias con el nacionalismo de los independentistas, Bildu y los grupos anti sistema y su desapego de la UE, lo que en muchos aspectos contradice el interés general del país.
En todo caso falta por ver en esta complicada legislatura: cuál será el rumbo definitivo de La Sexta TV; qué hace RTVE con sus programas informativos y el penoso Canal 24 Horas; y por dónde se decantarán en Telecinco y La Cuatro, los canales de Berlusconi, hoy de perfil. Y sobre todo vamos a ver si RTVE recupera como debe, la publicidad comercial que solo beneficia a los grandes canales privados de televisión y a sus ‘maniobras orquestales en la oscuridad’.