Estamos a la espera de una carta de José María Aznar 'a los catalanes' al estilo de la que acaba de publicar Felipe González en el diario El País, pero de momento no llega. Y eso que Mas y Junqueras no paran de ponerle la muleta ante el bigote a ver si el hombre-hombre del PP, y de Quintanilla de Onésimo pasando por Valladolid, se arranca al trapo y les pone las peras al cuarto a los secesionistas, en línea con lo dicho por González -con el que Aznar ya hace pinitos conjuntos en Venezuela- y en plan estadista. Incluso escrita en catalán, porque sabido es que don José María presumía ante Pujol que hablaba catalán "en la intimidad".

Pero nada, Aznar por el momento no abre el pico. Se lo está pensando y puede que Rajoy le haya pasado un mensaje diciéndole "José María, no te muevas que es peor". Ahora bien, lo que no puede hacer Aznar es enviar desde FAES a Cayetana a las reuniones del PP a acusar a Rajoy de no hacer frente al desafío catalán y luego, cuando llega el momento de la verdad, hacer él su mutis por el foro y desaparecer del gran debate y la campaña electoral del PP en Cataluña, a buen seguro que levantaría la máxima expectación.

Bueno, conocida es la mala sintonía entre Aznar y Rajoy, y los hay en la Moncloa -Moragas, el gran experto electoral el PP- que pensarán que es mejor que Aznar no se meta en harina ni aparezca por Cataluña. No vaya a ser que su presencia movilice el voto independentista. Aunque también serviría para recuperar el voto españolista del PP, porque en esto de la secesión Rajoy no es ni chicha ni limoná. Es un don Tancredo vestido de blanco y subido en un cajón en el centro de la plaza de toros de Barcelona, ahora que ya sabe que ahí no hay toros y que nada malo le va a pasar. ¿Y si queda alguno en los toriles?

Cuidado Mariano, cuidado. Y vamos a ver si Aznar se arranca y dice lo que tiene que decir alto y claro y con cara de pocos amigos porque eso tendrá efectos disuasorios y más de uno se lo pensará antes de votar cuando Aznar diga que si Junqueras y Mas declaran la independencia de Cataluña después del 27-S ‘España hará lo que corresponda y lo que marca la Constitución’. Lo que dicho por Aznar será interpretado por los independentistas como el anuncio del desembarco en Barcelona de las tropas de la OTAN.

Porque, la verdad sea dicha, Rajoy no les impresiona. Tampoco Pedro Sánchez y ni siquiera Felipe González que, según expertos en revelar los secretos de los jeroglíficos egipcios y la clave de Enigma, máquina que los alemanes utilizaban para sus mensajes secretos durante la II Guerra Mundial, en la carta de González existe un mensaje secreto que está escrito con ‘zumo de limón’. En él que se le dice a Mas que si gana las elecciones no declare la independencia saltándose la ley y que pida al Estado una negociación, a ver si se encuentra una fórmula de pacto o de disimulada capitulación del Estado español. Mírese bien la carta de González, con cuidado y al trasluz, y encontrarán el correo secreto que les acabamos de revelar.

El que no debe aparecer por Cataluña es Zapatero. Primero porque es el gran culpable de esta situación por decir que la nación española era ‘discutida y discutible’. Y segundo, porque si ZP va a Barcelona será para apoyar la candidatura ‘Juntos por el sí’ de Mas y Junqueras, que a buen seguro son sus candidatos favoritos.

O sea, que cuidado con ZP, con los guiños secretos de González a Mas, con los silencios de Rajoy y con la sorprendente ausencia de Aznar en la precampaña electoral catalana. Mas no se alarmen, todo a su tiempo porque Aznar por algún sitio y en cualquier momento saltará y tronará. Es cierto que González le ha tomado la delantera pero José María se va a recuperar y a buen seguro que dará y mucho de qué hablar.