Rumbita catalana
Se ha muerto Peret, el rey de la rumbita catalana, otro eslabón de Cataluña con España que se rompe en vísperas del desafío y muy a pesar de la pasión catalana por el flamenco, el cante y el baile que Carmen Amaya inmortalizó en la película de Los Tarantos, un West Side Story a la española que en su tiempo causó furor. Y uno se pregunta, en medio del disparate secesionista, el por qué los catalanes quieren renunciar con llamativa miopía al conjunto de la cultura española y a un idioma que impera en toda América, incluso para jugar a la ronda francófona solo para agredir, como lo ha pretendido Mas, a España despreciando la lengua castellana.
Está claro que el nacionalismo es un veneno que ciega a quien lo bebe y le impide mirar más allá de sus narices, hasta en el mundo de la cultura y las artes donde el conjunto de España ofrece en el seno de Europa y en todo el mundo una riqueza difícil de igualar por su calidad y diversidad. Como sorprende que todo esto ahora se ponga en marcha cuando en el mundo global en el que vivimos se camina hacia nuevos procesos de integración como es el caso de Europa, a la que los independentistas catalanes desprecian y quieren renunciar corriendo graves riesgos económicos y sociales y en pos de un camino hacia nadie sabe dónde.
El nuevo desafío catalán está montado sobre tres falsedades de muy alto calado: la histórica, la económica y la europea. Sobre ellas unos profesionales de la política que viven de eso y de sus mensajes separatistas han montado una entelequia que cada día que pasa queda en evidencia. Hace poco fue la canciller Merkel quien advirtió a Mas que la UE no aceptará su independencia; el escándalo de la gran estafa catalana de los PuJol ha dejado en entredicho su falacia del ‘España nos roba’; y el lamento por la muerte de Peret ha vuelto a poner en evidencia la conexión entre la cultura catalana y española, como lo puso en el deporte el gran triunfo de la Selección Nacional de Fútbol -donde los jugadores del Barça brillaron de especial manera- durante el Campeonato Mundial de Suráfrica. Y puede que pronto veamos algo similar en el campeonato mundial de Baloncesto que ahora se va a celebrar en España.
Los independentistas catalanes hablan de ‘sentimientos’ sin dar una mayor explicación, renunciando a la Historia, la Cultura y a los sentimientos compartidos que son mucho más importantes y poderosos que los que exhiben los nacionalistas separadores que ponen la patria sentimental por encima de todo, y ahí incluida la verdad, la libertad, la legalidad y la democracia y en algún caso, como el de ETA, por encima incluso de la vida.
La vida que ha perdido Peret, un catalán querido y amado en toda España, que ha dejado tras de sí un ritmo y una fuerza difícil de repetir y de igualar con sus canciones sencillas y populares que sí estaban y están en contacto con la realidad.