Revolución en el PSOE
Como Rubalcaba no consigue poner orden en el PSG ni en el PSC la dirección socialista, de bandazo en bandazo, intenta hacer de la necesidad virtud y temerosos de enfrentarse a sus barones reculan hacia posiciones defensivas y a la vez innovadoras. Así, lo que les habían negado a los socialistas gallegos, la elección de secretario general por las bases y simpatizantes, ahora se convierte en un modelo para elegir el futuro secretario general del PSOE con la participación de sus militantes y simpatizantes siguiendo así el ejemplo impuesto por los socialistas franceses meses atrás. Lo que a todas luces constituye una ‘revolución’ en la historia del PSOE, con la que Rubalcaba podría despedirse de su liderazgo presumiendo de esta, sin duda más democrática, aportación.
Lo que parece el adiós anticipado de Rubalcaba quien no tendrá más remedio que optar por una convocatoria anticipada de las elecciones primarias para elegir candidato a la presidencia del Gobierno en las elecciones de 2015. Primarias que podrían unirse a la anunciada elección de un nuevo secretario general también de manera directa para evitar la bicefalia que se dio cuando Borrell -un político en alza en el seno del PSOE, que podría regresar a la primera línea del partido- le ganó a Almunia las primarias, tras la salida de Felipe González.
Lo de las elecciones a secretario general por las bases y también por los simpatizantes constituye una autentica ‘revolución’ en el partido socialista una vez que acaba con el control del aparato (y que vayan tomando buena nota de todo esto otros partidos como el PP). Así lo ha anunciado el secretario de organización Óscar López, aunque advirtiendo que dicha reforma estatutaria del PSOE se deberá aprobar previamente en el Comité Federal del partido.
Lo que constituye una innovación importante y también una derrota de Rubalcaba, como la que antes le había infringido el PSC al imponer en Cataluña su posición favorable al referéndum de autodeterminación catalán. Cuestión aún por resolver por más que la cúpula socialista de la calle Ferraz de Madrid mire hacia otro lado, y que Rubalcaba pretendía soslayar con su propuesta imposible de reforma federal de la Constitución Española, a lo que se opone el PP.
La cuestión que subyace en todo esto reside en los calendarios que maneja el PSOE y que Rubalcaba ya no puede controlar en su doble deriva de adelanto de las primarias -para evitar incluso un posible adelanto de las elecciones generales por parte del PP- por causa de la presión interna de las bases y barones del PSOE. Las que quieren una nuevo líder y cabeza de cartel electoral, ante el deterioro electoral de los socialistas y el avance imparable por la izquierda y el centro de IU y UPyD.
De esta manera el anuncio hecho ayer por López tiene la virtud de apaciguar las tensiones con el PSG de Galicia, pero a la vez abre la puerta a un anticipo de las primarias y a la posibilidad de que se unan a una elección anticipada, y antes de que acaba el mandato de Rubalcaba, del nuevo secretario general del PSOE a través de una consulta, y con debates previos entre los posibles candidatos que a buen seguro serán más y con mayor peso político que los mencionados hasta ahora de Patxi López y Eduardo Madina.
Siempre se ha dicho que ‘rectificar es de sabios’ y eso es lo que a fin de cuentas está haciendo la actual dirección del PSOE, aunque no solo por su iniciativa sino empujada por la presión interna de los dirigentes y bases del partido. Y también por las dramáticas y malas expectativas electorales que les anuncian las encuestas y que no saben cómo frenar cambiando la tendencia que, de seguir así, podrían convertir el PSOE en el cuarto partido nacional detrás del PP, IU y UPyD.