Ha dicho María Dolores de Cospedal que “el PP hará que se sepa toda la verdad de los asuntos importantes”. Luego precisa y señala la crisis económica y el terrorismo, y casi se le escapa lo de la conspiración del 11-M que según el campeón Arenas también tiene doble fondo. Como lo del faisán, la negociación con ETA y las verdaderas cifras del déficit, como las que sospecha Aznar cuando dice que este país no está en condiciones de pagar su deuda y Zapatero le exige, como si fuera su dueño, que hable bien de España y no despotrique en el extranjero, o por remotas montañas y lejanos desiertos, y menos aún en China que es donde a Zapatero le han tomado el pelo mientras pasaba el cazo de las cajas de ahorro españolas.

Como Barreda ha querido cargarse la “Semana Santa” la Cospedal se ha metido en la procesión detrás la borriquilla como Juan Ramón seguía los andares salerosos de Platero y ha dado ejemplo de su devoción al pueblo de La Mancha en vísperas de la batalla del Tajo, que es donde se juega la partida central de las elecciones del 22 de mayo. Porque si el PP recupera el Alcázar de Toledo (esta vez son los rojos los que están dentro) se podrá decir sin ambages que han ganado las elecciones municipales. Pero si pierden en La Mancha la derrota tendrá doble lectura porque en la liza habrá caído la Secretaria General del PP, y su cabeza será paseada en una pica por todas las televisiones en la noche electoral que es donde verdaderamente se decide quien ha ganado y quien perdió, incluso al margen de los resultados oficiales.

La batalla del Tajo dicen que se juega en Ciudad Real que es la provincia con diputados regionales impares, frente al resto que son pares y se los suelen repartir a medias el PP y el PSOE, sobre todo en este tiempo de paridad. Pero los del PP dicen que lo tienen mucho mas fácil porque creen saber que en Toledo y Guadalajara rompen el empate a su favor con lo que lo del diputado suelto de Ciudad Real ya no tendría tanto interés.

Cospedal está tensa, no se ríe, le falta sentido del humor y un poco de mano izquierda y menos pelotas de medio pelo a su alrededor. Sabe que hay mucho en juego y que Pepe Bono se volcará en la campaña como lo harán Zapatero y Rubalcaba porque allí hay mucha tela que cortar. Como  sabe Cospedal que en la cúpula del PP Ana Mato le está pisando el territorio y la mantilla procesional, y le quiere quitar la secretaría general a la primera oportunidad que se le presente que será tras las elecciones, tanto si gana como si pierde en La Mancha.

Porque esta dulcinea manchega de Rajoy –a quien se le está poniendo cara de don Quijote- que es Cospedal ya tiene en el interior del PP mas de un adversario por sus tensiones con Arenas y Mato, un poco con Pons, algo con Soraya y especilamente con el clan de Camps en Valencia, o Álvarez Cascos en Asturias. Otro de los territorios el del principado donde Cospedal también se juega la honrilla de la política y ya veremos si el cargo si el general secretario se hiciera con la victoria sobre el PP del gorrino de Gabino.

La Mancha ha sido un territorio generalmente olvidado de la mano del presidente de turno español. Allí cultivó Bono su populismo proverbial, allí se estrellaron uno tras otros no pocos dirigentes del PP, allí se libra la batalla del agua con los murcianos, allí se inspira Almodovar, y allí nació Sara Montiel, Martín Bahamontes, Iniesta y poco más, con la mágica excepción de don Quijote y Sancho Panza que son de trascendencia universal. Y por allí “procesiona” la santa María Dolores de Cospedal, a la que han hecho una biografía hagiográfica que mejor no la hubieran editado porque esta llena de halagos y vaciedad; y por allí va la borriquilla del Domingo de Ramos trotando alegremente, y tras ella la Cospedal rezando por nuestros pecados que son muchos y difíciles de perdonar.