La reinvención de la Canciller Merkel
Hace un año la canciller Merkel era lo que los americanos llaman “pato cojo”, político en retirada que consume sus últimos meses en el poder sin poder efectivo que ejercer. Tras ganar cuatro elecciones generales consecutivas (2005, 2009, 2013, 2017) y encabezar cuatro gobiernos de coalición con socialistas (3) y liberales (1), los analistas políticos consideraban que la canciller debía haberse retirado el 2017, con una sucesión ordenada para evitar la agonía del cuarto mandato.
Los primeros compases de la coalición avalaban esa tesis. A la canciller le costó formar gobierno; el fracaso que suponía convocatoria electoral anticipada se evitó porque los socialdemócratas (y la propia Merkel) temieron que otras elecciones podía mandar a ambos partidos a la oposición. Merkel dejó la Presidencia del partido y empezó a preocuparse por su legado que corría el riesgo de empeorar el de su predecesor, el canciller Kohl, el de la reunificación que también presidió el gobierno durante cuatro legislaturas (1982-98).
La crisis migratoria provocada por la catástrofe siria mostró a la “canciller compasiva” que propició la acogida de refugiados, al tiempo que volatilizaba buena parte de las expectativas electorales de la democracia cristiana de Merkel. El proceso de sucesión dirigida salió mal y sigue abierta, pero la canciller saliente se ha reinventado ante sus electores con la eficaz gestión de la pandemia y, a renglón seguido, con un renacido liderazgo de la Unión Europea con alianza renovada con el amigo francés, con Macron.
No es probable que Merkel quiera volver a encabezar su partido para las elecciones de 2021 aunque podría hacerlo; con 66 años la canciller puede buscar otro mandato entre otras razones porque su partido no va a encontrar en los pocos meses que le quedan otro candidato con más posibilidades.
La próxima semana Merkel presidirá la Unión Europea (le toca semestre) junto al belga Michel, que no empañará el liderazgo de la alemana, y de la Presidenta de la Comisión Úrsula Van Leyden perfectamente aliada con su antigua jefe de gobierno, la que la catapultó al puesto.
Si Merkel lidera el semestre con el mismo acierto que ha gestionado en Alemania la pandemia, su legado como “madre de la Europa del SXXI” lo tendrá garantizado, y el proyecto europeo podrá dar un nuevo paso adelante en un momento tumultuoso. El caso Merkel acredita que las trayectorias políticas están afectadas por la coyuntura, por acontecimientos inesperados frente a los que se acredita la fibra moral y el liderazgo político. Merkel se ha reinventado cuando pocos le atribuían alguna posibilidad.