Cuando domina lo procesal la confusión está servida
El Congreso de la XIII legislatura ha empezado a palos, con discusiones procesales nominalistas que solo añaden confusión y confrontación. ¿Fue válida la fórmula de acatamiento constitucional utilizada por varios de los electos independentistas confesos y activos? Pues depende a quien se le pregunte. De manera que se acepta como válida o se recurre a los tribunales, trasladando, una vez más, los debates políticos a la esfera judicial, para irritación y consternación delos jueces.
La Presidenta del Congreso se ha estrenado con una polémica que la concierne directamente. La capacidad de Batet para gestionar una legislatura bronca, insidiosa y provocadora se ha puesto a prueba desde el primer minuto y hay dudas razonables sobre la habilidad de la exministra.
Si les preguntáramos a los electos sediciosos acerca de su acatamiento de la Constitución, lo más probable es que lo nieguen, en ningún caso acatan. Su posición es clara y conocida: la soberanía está en el pueblo catalán y la Constitución les es ajena. Pero tampoco aceptarán que el Congreso les cierre la puerta por falta de consentimiento o por vicio de consentimiento, de una condición que establecen las normas.
Los independentistas asumen que cada día van a resultar más incómodos, más odiosos para el resto de españoles, van a dar bronca en el Congreso a todas las horas y van a justificar su actitud por el amor a la patria, a su patria. Forma parte del guion y la presidenta del Congreso sabe que tiene que lidiar con ello, tendrá que decidir cuáles son los límites y condiciones y cuanta será su paciencia y tragaderas. Los independientes presionarán sobre los límites para ensancharlos, para reiterar su protagonismo y para no parar en las provocaciones.
No serán los jueces los que resolverán este conflicto que será procesal y que pondrá a prueba la eficacia del reglamento de la cámara. Los letrados se van a aburrir de hacer dictámenes que se utilizarán como convenga a cada parte. Los jueces van a recibir denuncias y quejas sin cuento y los procesal e interpretativo dominará los debates.
Un refrán dice que más vale una vez colorado que cien descolorido. Alguien debe recordárselo a La presidenta del Congreso porque va a vivir descolorida si sigue la estrategia que ha apuntado de primera hora.