Rajoy ¿sabía o no sabía?
(Según Duran, no; para Mas si)
Uno de los problemas de la política es la pérdida de valor de las palabras, depende de donde y cuando se pronuncien. Su significado es variable en función de la coyuntura y de los intereses de cada cual. Unas pocas horas antes de las elecciones catalanas el presidente Artur Mas declaraba en público y en directo que Rajoy estaba detrás de los informes policiales difundidos por El Mundo sobre la corrupción de CiU y en concreto de las cuentas suizas de Pujol, Mas y algunos otros dirigentes. Una acusación grave que se convierte en guerra sucia por mor de que en campaña vale todo. Ayer el portavoz catalán en el Congreso, el señor Duran y Lleida declaraba también en público (y en acta) que Rajoy no tiene nada que ver con el informe y la filtración.
¿Quien es creíble? ¿Quién dice la verdad? Probablemente ninguno de los dos tiene certidumbre de lo que dice, cada uno tiene un cálculo previo, un interés adicional y no explícito. Van al bulto, con desprecio al ciudadano de buena fe, que tal y como reflejan algunas encuestas considera que casi todos son parecidos y que quien tiene oportunidad de llevarse algo indebido, acaba haciéndolo. Menos corruptos son los partidos que no tienen oportunidad de resistir la tentación, no por virtud, sino pro oportunidad.
El informe policial sin firma ni fecha, alteró la campaña electoral y sacó de quicio a Artur Mas y su entorno, pero no es probable que el efecto en los votos haya sido importante. ¿Por qué Mas optó por llevar el asunto a los mítines, antes incluso que al juzgado? ¿La estrategia defensiva, victimista, de sostener “España quiere acabar conmigo y con Cataluña, era la más adecuada? No hay respuestas, pero han reeditado la estrategia frente a la querella por la crisis de Banco Catalana.
Cuando Duran dice que Rajoy no sabía nada del informe y de su filtración en campaña, lo que está diciendo es que no están rotos los puentes con el Gobierno del PP, que quedan espacios de encuentro e intereses compartibles. Para Mas y para CiU hay dos citas inmediatas, la investidura primero y el Presupuesto después. Ambas están vinculadas e incluso deberían estar previamente pactadas para que el nuevo gobierno no descarrile antes de empezar.
CiU puede lograr la mayoría con cualquiera de los tres grupos siguientes, ERC, PSC o el PP. La alianza más segura sería con el PP, ya que garantiza investidura, presupuesto y el auxilio del gobierno central para afrontar la crisis. Pero Mas ha ido demasiado lejos para volver al pactismo pragmático de su mentor sin un recorrido previo. ¿Cuánto tiempo lleva la rectificación?, ¿cuánto pueden ayudar los demás, especialmente ERC para ese cambio de agujas? Una de las alternativas sería un relevo en la cabeza de CiU. Motivos no faltan para desplazar a Mas que acumula más años de oposición que de gobierno a un partido o coalición nacida para gobernar. Pero para el relevo hay todavía bastantes pasos de vía crucis por los que pasar.
De momento las acusaciones de corrupción acampan en el PSC que va a quedar aparcado y en revisión; lo cual alivia a corto plazo, resta un aliado potencial para propiciar la opción PP como sustento del nuevo gobierno del señor Mas. Para eso hace falta que ERC ayude un poco y que Rajoy decida si le merece la pena una nueva conllevanza con los nacionalistas catalanes para lo que queda de década. Lo dicho hasta ahora no vale, empieza otra partida con el contador casi a cero.
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