El valor de la firma de un periodista
La decisión de los periodistas de EL PAIS de no firmar sus informaciones como protesta por el ajuste laboral tocó nervio, inquietó a la dirección y a la empresa editora que presionó a los redactores para que firmaran. Incluso esgrimieron el libro de estilo que valorar la firma convirtiendo el derecho del periodista a no firmar en un deber de firmar.
Los jefes percibieron bien que si los periodistas ejercían el derecho de no firmar descalificaban a la dirección, evidenciaban que se había roto la confianza, que es sutil valor que califica una redacción. Si hay confianza, e ilusión, hay futuro, y cuando se quiebra esa confianza hay decadencia. Los redactores volvieron a firmar probablemente por la necesidad de recuperar la confianza y no por miedo a las represalias.
La firma del periodista tiene valor, acredita la información, genera confianza. Por eso cuando no hay firma aparecen las sospechas, no se firma porque no hay valor, no hay responsable, puede haber manipulación. EL PAIS de ayer ilustra esta tesis en la página 28 de su edición nacional. Una información sin firma, con el recursos de “EL PAIS, Madrid”, que es como decir sin padre ni madre, titulada “PRISA obtiene un beneficio operativo de 403 millones, con un aumento del 6,2%”. El título es cierto, coincide con el de la nota de prensa remitida por el grupo editor de EL PAIS. Pero el título es parcial, no pasa las exigencias del libro de estilo. El cuerpo de la información omite un dato relevante, que ha sido el titular en los demás medios, “Prisa pierde 31,45 millones de euros hasta septiembre”.
La mala práctica es evidente, que los periodistas no quieran firmar esa noticia es ilustrativo y que los jefes pasen por ese bochorno también es indicativo. El ocultamiento es tan grosero como infantil y además poco inteligente. Las dificultades económicas del Grupo son evidentes, tanto que tienen en marcha un ajuste laboral duro que solo pueden justificar por la existencia de pérdidas.
Si las firmas de los periodistas son tan importantes ¿Cómo es que pasó esa información, que es relevante para los lectores, sin que nadie quisiera firmarla? ¿No hubiera sido mejor un recuadro encabezado con un “remitido del editor”? Lo lectores merecen más respeto, el defensor del lector debería ocuparse del tema.
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