Chack. Se ve la claqueta. Se apagan las cámaras. Víctor Manuel de Saboya se relaja. Los micrófonos siguen grabando…. “¿Alguien quiere un champancito?”, ofrece al equipo del documental sobre su propia vida. “Tenía todavía más historias, pero no puedo contarlas. Cosas sobre Juan Carlos”.
Son apenas tres minutos de monólogo ininterrumpido sobre el rey emérito. Final de tres capítulos sobre el asesinato de un adolescente alemán (Dirk Hamer) del que Saboya fue acusado en 1978. El príncipe que no pudo reinar, se titula la cinta que acaba de estrenar Netflix y que dirige Beatrice Borromeo Casiraghi. Principio de una polémica por un off the record que ataca directamente a Juan Carlos de Borbón y recupera el episodio más oscuro de su vida.
Arranca Víctor Manuel, que hoy tiene 86 años, sin pregunta previa. El tono de quien quiere compartir una confidencia. "Juan Carlos ha sido muy poco amable conmigo y con mi mujer cuando estábamos en apuros… y no entiendo por qué, porque siempre habíamos sido amigos y además yo sabía… ¡Yo estaba allí!”.
La voz suena con un punto fanfarrón. Se cubre con imágenes de archivo en blanco y negro. Momentos compartidos por ambos en la adolescencia. Los dos exiliados en Estoril. Italia dejó de ser una Monarquía en 1946 por votación en referéndum y el padre de Víctor Manuel, Humberto II, su último rey, abandonó el país con la familia (y un tesoro escondido, dicen).
"Estábamos exiliados e íbamos a disparar al mar, delante de Cascais... latas, botellas. Juanito la armó gorda”, relata el aristócrata italiano justo antes de bajar la voz para contar un secreto: “Disparó a su hermano [Alfonso de Borbón] y lo mató”.
La historia que revela Víctor Manuel de Saboya no es nueva, pero se mantiene envuelta en misterio desde aquella tarde fatal del 29 de marzo de 1956. Las versiones sobre lo ocurrido han cambiado varias veces a lo largo del tiempo. Desde la primera absolutamente manipulada por la dictadura para taparlo todo hasta el relato con todas las piezas del puzzle unidas en 2011 por Pilar Urbano en su libro El precio del trono.
"Le disparó a través del armario"
Se sabía que el rey emérito, entonces cadete en la Academia Militar de Zaragoza de permiso en Estoril, había sido el autor del disparo que destrozó la cabeza de su hermano pequeño de 14 años. El mismo Juan Carlos de Borbón lo había contado a algunos allegados. Pero, hasta ahora, nadie había citado al italiano entre los testigos de aquel homicidio involuntario. Su versión cambia también las circunstancias en las que se produjo la muerte de Alfonso de Borbón.
“Se llamaba Alfonsito", continúa. "No le disparó directamente, le disparó a través del armario. Él estaba allí por casualidad. Fue un accidente. 100% ¿eh?”, asegura. "Yo hice desaparecer mi pistola”. Ríe. "Si no, habrían dicho que había sido yo”.
Lo del armario es nuevo y concuerda con la versión que ofreció el historiador inglés Paul Preston en El rey de un pueblo. En sus páginas, publicadas en 2013, revela un detalle hasta aquel momento inédito: asegura que el padre de Felipe VI le contó que el accidente fue provocado por el golpe de una puerta cuando estaba situado en un mal lugar en el momento menos indicado.
La pistola era una Long Automatic Star de calibre 22 que le habían regalado en Zaragoza. Hasta el documental sobre Víctor Manuel de Saboya, los hechos han reconstruido siempre un juego, una pelea de niños que termina con un disparo accidental porque Juan Carlos aprieta el gatillo convencido de que el arma está descargada. La bala fue directa a la frente.
Según precisa el periodista Abel Hernández en Despídete de tu madre y serás rey de España , a Juanito, como le llamaban todos en Estoril, le acababan de explicar en la Academia militar cómo se usaban las pistolas. El padre se la había escondido pero consiguieron recuperarla y el mismo Alfonso se hizo con un puñado de balas para probarla.

Víctor Manuel de Saboya, durante la grabación del documental.
Sin autopsia y sin informe policial
"Lo que sucedió después es esto: telefoneó Franco, envió a su mejor embajador [el embajador de España en Lisboa] y éste le dijo 'Juanito, te vienes inmediatamente conmigo a España'. Y entonces Franco dijo: ‘Lo convertiré en rey’".
Antes de este abrupto final en boca de Víctor Manuel de Saboya, Don Juan envolvió el cuerpo de su hijo en una bandera de España y lo enterró en la más absoluta intimidad. No hubo informe policial. Ni autopsia. Portugal también era una dictadura por aquel entonces.
Los medios se limitaron a reproducir la versión oficial: a Alfonso de Borbón se le disparó el arma accidentalmente mientras la limpiaba y su hermano mayor se había acercado para advertirle de que tuviera cuidado.
Después vino lo que se ha leído. Y ahora lo que nadie logra explicarse en Italia, donde los medios recogen con sorpresa el final del controvertido documental. "Mi padre y yo sentimos mucho que se haya hecho público este off the record que no tiene sentido en un documental que trata de otra cosa", ha declarado el hijo de Víctor Manuel de Saboya, Manuel Filiberto, al Corriere della Sera.
El homicidio también persigue al Saboya
"Otra cosa" es el homicidio de un chico alemán de 19 años mientras dormía en una barca en la costa de Isla Caballo, en Córcega. Allí pasaban los veranos los Saboya exiliados. El documental muestra las imágenes de vacaciones llenos de glamour, de las poses de Víctor Manuel fusil en mano, de la llegada de un grupo de chicos y chicas italianos desde Cerdeña... "Italianos de mierda", les llama quien aspiraba a ser su rey.
Demasiado ruidosos. Lo reconocen. Él se molesta. Por la noche, el aristócrata coge su fusil y la zodiac de su hijo. Se acerca a las tres barcas ancladas a pocos metros y disparara dos veces. Hasta aquí todo reconocido por él mismo y probado en un proceso judicial larguísimo. Una de las balas deja herido de muerte al joven Dirk Hamer, que se había unido a la excursión para acompañar a su hermana Birgit.
Ella, actriz y modelo, se ha convertido desde entonces en la pesadilla de los Saboya. Ha jurado no parar hasta demostrar la culpabilidad de quien en un principio llegó a reconocerse como autor en un escrito, que después desapareció junto con otras pruebas. Ha envejecido como Víctor Manuel, que ya tiene 86 años, pero mantiene el coraje y la fuerza que la han acompañado todos estos años.
Su determinación ha logrado sentar en el banquillo de los acusados a Víctor Manuel de Saboya. Incluso ante la Corte Penal de Francia, la misma que juzgó culpable a Luis XVI. El jurado concluyó que las pruebas no eran suficientes para considerarlo culpable. "Disparé para asustarles, no para matar a nadie", ha mantenido siempre.
"No me arrepiento de nada"
El príncipe que no pudo reinar muestra todo con detalle. A lo largo de tres capítulos intercala la entrevista de Víctor Manuel con la de su hijo Manuel Filiberto. Hablan del suceso que cambió la vida de la familia, de cómo vivían en el exilio, de su mujer, del proceso judicial... "No me arrepiento de nada... bueno, dejemos de lado lo de Isla Caballo", dice al final el príncipe italiano.
Birgit Hamer recuerda los mismos acontecimientos desde su propia experiencia. Varios periodistas y los testigos de aquella noche (los amigos italianos que formaban el grupo con el que viajó Dirk Hamer) completan el relato, que viaja además por otros aspectos de la vida del hijo del último rey de Italia. Como la venta de helicópteros a Irán. O la venta de armas a países bajo embargo. O su pertenencia a la todopoderosa P2, la logia masónica que se relaciona con el poder político y económico italiano, además de con algunas páginas negras de su historia.
"Accedimos a hacer el documental con Beatrice Borromeo, que es amiga de la familia. Digamos que pensábamos que habría sido sobre la vida de mi padre", ha explicado su hijo, "y hemos descubierto que es casi todo dedicado a lo sucedido en Caballo".
"No me ha gustado que se haya reabierto la trágica historia de 1978 que ya estaba cerrada. Como no me gusta que ahora para dar publicidad al trabajo en Netflix se desentierren historias como la de Juan Carlos, que además no es nueva", se ha lamentado Manuel Filiberto de Saboya.
"Mi padre y yo respetamos mucho a Juan Carlos", ha intentado arreglar el desaguisado. "Siempre ha estado cerca de nuestra familia. No valía la pena volver a hablar de aquel suceso con su hermano como ha hecho el documental".