Los terremotos en Turquía y Siria

Cara y cruz de una catástrofe: la milenaria Antioquía arrasada y los 'niños milagro' rescatados

Los equipos de rescate trabajan a contrarreloj conscientes de que cada hora que pasa se reducen las posibilidades de hallar supervivientes

Cara y cruz de una catástrofe: la milenaria Antioquía arrasada y los 'niños milagro' rescatados

EFEUna niña de siete años llamada Ikra Tasci es rescatada por el Ejército israelí y el turco tras tres días atrapada bajo los escombros de un edificio colapsado en Kahramanmaras, en el sureste de Turquía.

Casi cuatro días después de los terremotos que sacudieron Turquía y Siria siguen elevándose las cifras de muertos, más de 20.000 ya, mientras se busca a contrarreloj a supervivientes entre los escombros. Las imágenes de destrucción y horror se suceden alternándose con pequeños milagros, las vidas que se abren paso entre los escombros gracias a los centenares de voluntarios que participan en las labores de rescate. Especialmente emotivas son las imágenes de niños rescatados con vida, golpeados por una tragedia que nadie pudo predecir.

La histórica ciudad turca de Antioquía se ha convertido en la imagen que ejemplifica la destrucción ocasionada por los potentes terremotos que sacudieron el lunes a ambos países. Pese a estar a unos 180 kilómetros al sur del epicentro de los devastadores seísmos, está completamente destruida. Su famoso casco histórico, de piedra y con antiguas callejuelas, ha dejado de existir. Ha aguantado durante miles de años, pero de un momento para el otro se ha convertido en un laberinto de cascotes y tejados caídos, mientras los cadáveres rescatados entre los escombros se acumulan en las aceras para que sus familiares los recojan.

La parte nueva de la ciudad, que tiene unos 200.000 habitantes, está todavía peor, ya no hay prácticamente ningún edificio que se conserve bien.

Antioquía no es sólo una ciudad histórica sino un mosaico de etnias y creencias, como musulmanes suníes, alevíes y cristianos viviendo en armonía desde hace siglos, recuerda a EFE Ferhat, un vecino del casco antiguo. Allí, la famosa mezquita de Ulu se ha derrumbado por completo. Hay otra mezquita cercana, también histórica, que se ha quedado en un arco de unos metros de altura nada más.

Cerca está una iglesia cristiana turca que, milagrosamente, está en pie porque es pequeña, de una sola planta y de piedra con un patio. Allí se han refugiado algunos vecinos para pasar las noches frías con un brasero. Pero las demás iglesias alrededor están también en ruinas.

Antioquía era hasta el fin de semana un lugar histórico de mucho interés turístico, con cercanas playas y hoteles, que tampoco ha sobrevivido al seísmo. La calle Hurriyet, que antes era el centro de la vida comercial y nocturna, ha desaparecido bajo los escombros.

Han pasado cuatro días desde los seísmos, de magnitudes de 7,7 y 7,6, y las esperanzas de encontrar a supervivientes empiezan a desvanecerse. No obstante, en todas partes se ven equipos de rescate trabajando, con excavadoras y grúas.

De vez en cuando en algún equipo alguien cree haber escuchado voces. Entonces se apagan los generadores, las máquinas excavadoras, los martillos neumáticos. Todo queda en silencio y los rescatistas llaman entre las ruinas a ver si responde alguien. Pero la mayoría de las veces ahora ya sólo se están sacando cadáveres de los escombros.

La gente que ha podido sobrevivir el desastre está en las calles, ya que aquí no queda ni un edificio que sea habitable.

En algunas calles cerca del centro hay algunos edificios en pie, pero nadie se atreve a entrar, salvo algún local bajo o una mezquita de una sola planta, que sí han resistido a los sismos. Es allí donde cientos de vecinos de la zona han encontrado refugio. Duermen en el suelo, en sillas, con mantas donadas por organizaciones humanitarias.

Milagros entre los escombros

A medida que pasan las horas, las posibilidades de encontrar supervivientes se reducen. Por eso, cada vida sacada de entre las ruinas supone un verdadero milagro, especialmente cuando se trata de los más pequeños.

Así por ejemplo la Unidad de Rescate en Emergencias y Catástrofes (UREC) del Consorcio Provincial de Bomberos de València, junto a la ONG IAE, ha logrado rescatar a una niña de 12 años y su padre, enterrados a unos 4-5 metros bajos los escombros en Adiyaman. El rescate ha sido muy complicado dado que el edificio ha colapsado por completo debido al terremoto que asoló Turquía en la noche del pasado lunes.

Las redes sociales están llenas de vídeos e imágenes de rescates de menores. Uno de los vídeos que ha dado la vuelta al mundo en las últimas horas es el del rescate de un recién nacido tras permanecer 50 horas atrapado bajo escombros.

Aunque no es el único que tuvo suerte, otros niños han logrado sobrevivir a la tragedia. Vidas salvadas que los cansados equipos de rescate celebran con gritos de alegría y entusiasmo.