Un medidor de profundidad ha puesto en jaque a toda la Royal Navy. La avería en este aparato ha provocado que el submarino de clase Vanguard, de décadas de antigüedad, que transportaba a 140 tripulantes y misiles Trident 2 en el Atlántico, comenzara a hundirse "a profundidades peligrosas", según adelanta la prensa británica.
Según informa 'The Sun', el incidente se produjo cuando el medidor de profundidad del aparato dejó de funcionar en el momento en que el submarino iba a iniciar la patrulla.
La avería técnica hizo creer a los tripulantes al mando que la nave estaba bien nivelada en plena inmersión, pero en realidad estaba descendiendo de forma descontrolada.
El submarino no llegó a alcanzar el límite de profundidad del océano que provocaría el aplastamiento del mismo ya que los ingenieros de la parte trasera de la nave detectaron la profundidad real en otro medidor y dieron la alarma.
La Royal Navy tiene cuatro buques de clase Vanguard y mantiene siempre uno de ellos en rotación en misiones de patrulla dentro de la política de disuasión marítima del gobierno.