Idaho está a punto de convertirse en el quinto estado en EEUU que podría ejecutar a los condenados a la pena de muerte mediante un pelotón de fusilamiento. El Senado de este estado aprobó el pasado lunes una norma para permitir este método de ejecución en casos en los que no haya disponibilidad de los fármacos necesarios para la inyección letal.
Tras su aprobación, ahora solo queda que sea firmada por su Gobernador, el republicano Brad Little. Tras este paso, Idaho se uniría a los otros estados que lo permiten en la actualidad: Utah, Oklahoma, Misisipi y Carolina del Sur.
No está previsto que el gobernador se niegue a firmar esta legislación, ya que a menudo se ha mostrado favorable a la pena de muerte, aunque no suele hacer comentarios sobre una norma antes de promulgarla o vetarla.
El senador republicano Doug Ricks, promotor del proyecto de ley, explicó al resto de parlamentarios el pasado lunes que la dificultad que enfrentan las autoridades estatales para conseguir los fármacos para las inyecciones letales podría continuar “indefinidamente” y que cree que la muerte por fusilamiento es “humana”. “Este es un problema legal: nuestro sistema penal debe funcionar y se deben imponer sanciones”, defendió.
En realidad Idaho lo que hace es recuperar este método de ejecución, ya que hasta 2009 contaba con esta opción de pelotón de fusilamiento, aunque nunca la usó. Una opción que fue eliminada después que la Corte Suprema de Estados Unidos ratificó un método de inyección letal que era usado de manera común.
Ahora, con la medida aprobada ahora, el pelotón de fusilamiento se aplicará cuando la inyección letal no esté disponible, un escenario posible a causa de la negativa de los laboratorios farmacéuticos que no quieren ser asociados a la pena capital.
La organización de derechos civiles (ACLU) ya ha manifestado que la ejecución por fusilamiento es “arcaica y espantosa”, además, denuncia que los ejecutados "sufren niveles extremos de dolor y de tortura”.