Este lunes por la tarde, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, exigió a la Unión Europea que abriese ya la puerta a la adhesión de Ankara, que lleva años estancada, para así desbloquear la entrada de Suecia en la OTAN. Erdogan se descolgaba así con una nueva exigencia horas antes de la cumbre de la Alianza en Vilna (Lituania) y reclamaba además avances importantes en esa línea para dar luz verde a la entrada de Estocolmo en la organización militar. Poco después, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, anunció tras reunirse con Erdogan que encargaría un informe específico a la Comisión Europea para reactivar las relaciones con Turquía. La amenaza de Erdogan surtió así efecto para alivio de la Alianza, cuyo secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, fue clave en las negociaciones, aunque al parecer Estados Unidos también tuvo un papel importante, abriendo la puerta a que Turquía compre sus F-16, algo en lo que Ankara lleva insistiendo mucho tiempo.
Michel se reunió con el líder turco en el marco de los encuentros de Stoltenberg con Erdogan y el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, en Vilna para poner fin al bloqueo, después de que el mandatario turco presionase con las ansias europeístas de su país.
"Hemos explorado las oportunidades de devolver la cooperación entre Turquía y la UE y intensificar nuestras relaciones", subrayó el ex primer ministro belga en un mensaje en redes sociales tras la cita con Erdogan.
Asimismo, señaló que pediría a la Comisión Europea y al Alto Representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, un informe "con vistas a proceder de manera estratégica y prospectiva".
En este sentido, Turquía recogió el compromiso de Suecia a "apoyar activamente los esfuerzos para revitalizar el proceso de adhesión de Turquía a la UE", más concretamente la modernización de la Unión Aduanera UE-Turquía y la liberalización de visados.
Y es que, hay que recordar que Turquía solicitó formalmente su entrada en la UE en 1987, si bien tuvo que esperar a 1999 para que se le diera el estatus de país candidato y hasta 2005 para el inicio de conversaciones, aunque la realidad es que de 2006 la situación está bloqueada.
Desde entonces, Ankara ha denunciado en varias ocasiones la falta de avances en el proceso, el más largo para la adhesión de un país al bloque.
De hecho, el Parlamento Europeo abogó en junio de 2022 por mantener congeladas las negociaciones alegando falta de compromiso de Ankara con las reformas europeas los derechos fundamentales, además de la "brecha persistente" con el bloque en lo relativo a valores y estándares democráticos.
Ahora, esa relación siempre especial entre la UE y Turquía coge impulso a la vez que Erdogan arranca de Suecia y la OTAN un mayor compromiso con la seguridad, en concreto con un mayor control del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) por parte de la Alianza y sobre todo de Estocolmo, que fue la 'excusa oficial' por la que la adhesión del país candidato a la OTAN se ha ido posponiendo y frenando.
En la cumbre de la OTAN de Madrid entre Suecia, Finlandia y Turquía se desbloqueó supuestamente todo ese asunto ligando la ratificación de los dos primeros países a una serie de compromisos en materia de seguridad, ante los recelos de Ankara por la falta de cooperación sueca frente al terrorismo kurdo, que han seguido vigentes pese a la reforma constitucional del país contra el terrorismo que ha permitido tipificar como delito la sola pertenencia o el apoyo financiero o de otro tipo a una organización terrorista.
Ahora, Suecia y Turquía se han comprometido a seguir cooperando en este marco, aunque desde Ankara se pide un mayor esfuerzo, y crear uno nuevo que se reunirá anualmente a nivel ministerial y creará distintos grupos de trabajo. "Suecia presentará una hoja de ruta sobre su lucha contra el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones hacia la plena aplicación de todos los elementos del Memorando Trilateral", señala la declaración acordada por las partes.
Como parte del acuerdo para permitir la adhesión de Suecia, Stoltenberg se comprometió además a crear una nueva posición de coordinador especial para la lucha contra el terrorismo dentro de la Alianza.
Ankara llevaba pidiendo la creación de esa posición desde hace años, por lo que la concesión de Stoltenberg, otra de las piezas fundamentales para conseguir el desbloqueo, supone un triunfo para Erdogan.
Turquía-EEUU
Pero más allá de conseguir avances en adhesión a la UE y en materias de seguridad antiterrorista, al parecer Turquía habría cedido tras lograr concesiones también de Estados Unidos, que habría estado muy presente en los diálogos, jugando un papel central, tal y como asegura el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
"Si bien este acuerdo ha sido el producto de conversaciones directas entre Noruega, Turquía y la OTAN, lo cierto es que Estados Unidos ha jugado un papel muy significativo", manifestó Sullivan en una rueda de prensa en Vilna.
Al parecer, el Gobierno de Biden sabía que tenía en la recámara una forma de hacer que Erdogan cambiara de opinión: la venta de los sofisticados aviones de combate F-16 de fabricación estadounidense que Turquía necesita para renovar su fuerza aérea y que el Congreso estadounidense ha estado bloqueando.
Según explicó Sullivan, Biden hizo un esfuerzo en los últimos días para enviar a Erdogan un mensaje "claro e inequívoco" de que él apoyaba la venta de los F-16 a Turquía y tenía intención de negociar con el Congreso estadounidense para que la transacción saliera adelante.
Aún queda mucho por hacer, entre otras cosas acabar con las reticencias de Grecia a que su vecino se arme con los aviones de guerra con todo lo que ello supone, pero el hecho de que se estudie es un guiño a Turquía para demostrar el compromiso de Biden con Erdogan. Ambos hablaron el domingo casi una hora por teléfono y esta martes por la tarde tienen previsto reunirse en los márgenes de la OTAN.
En este sentido, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, ha mantenido este lunes una conversación telefónica con su homólogo turco, Yasar Guler, en la que ha asegurado que el Departamento de Defensa apoyará la modernización del Ejército de Turquía.
Sea como sea, Estocolmo completará su adhesión más de un año después de iniciar el proceso junto a Finlandia, que ya fue aceptada por los aliados el pasado mes de abril, tras sortear también el veto de Turquía, a la que la 'operación' le ha salido redonda con avances en la adhesión a la UE, en materia antiterrorista y en la más que posible compra de F-16 a EEUU.