VATICANO

El Papa Pío XII supo del Holocausto nazi desde el principio

Una carta descubierta en los archivos del Vaticano revela que un jesuita le escribió en 1942 para denunciar el exterminio de "6.000 hombres al día" en el horno crematorio de un campo de la Polonia ocupada por los nazis. El silencio del papa ante el Tercer Reich frenó su beatificación años después.

El papa Pío XII con Adolf Hitler.

El papa Pío XII con Adolf Hitler

Pío XII es uno de los papas más controvertidos de la Iglesia católica. Le persigue su pasado, los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Le han llegado a llamar "el Papa de Hitler". Y la comunidad judía le ha acusado siempre de haber mirado para otro lado. Lograron frenar el proceso para su beatificación, cuando  Benedicto XVI estaba a un paso de hacerlo santo. Sin embargo no ha habido pruebas fehacientes hasta ahora: una carta descubierta en los archivos del Vaticano revela que, en efecto, supo del Holocausto desde el principio.

Sí, Pío XII conocía lo que ocurría en los campos de concentración desde al menos 1942. En ese año, le llegó una carta de un jesuita alemán contrario al nazismo. Se llamaba Lothar König y le detallaba la existencia del horno crematorio de las SS en el lager de Belzec, en la Polonia ocupada por los alemanes. Y mencionaba también el campo de Auschwitz.

La información proporcionada por König describía los "altos hornos" cerca de Rava Rus'ka, en Bełzec, donde "cada día mueren hasta 6.000 hombres, especialmente polacos y judíos". Le hablaba de la solución final diseñada y ejecutada por Adolf Hitler para eliminar por completo a los judíos europeos y el papa guardó silencio. 

El secretario personal de Pío XII, el también alemán Robert Leiber, recibió la misiva, que un archivista vaticano ha sacado a la luz. "Representa el testimonio de una correspondencia que debía ser nutrida y prolongada en el tiempo", ha declarado al Corriere della Sera su descubridor, el archivista del Vaticano Giovanni Coco.

"Es un caso único, tiene un valor enorme", ha subrayado. "Tratamos de esclarecer, también de comprender el terrible período en el que Pacelli dirigió la Iglesia. Hemos debatido durante más de medio siglo sobre documentos y fuentes indirectas. Ahora tenemos las directas y probablemente surgirán otras. Todo debe emerger, sin miedos ni prejuicios".

Las noticias del genocidio

La tesis es que deben existir otras cartas con más detalles y seguirán buscándolas, pero en cualquier caso la hallada es ya una prueba fundamental sobre la existencia de un flujo de noticias acerca de los delitos nazis que llegaban a la Santa Sede al mismo tiempo que se cometía el genocidio.

Desmonta, de hecho, la versión oficial con la que la Iglesia se justificó durante años, alegando que el papa supo mucho después de la solución final.

El silencio de Pío XII, bautizado en su nacimiento como Eugenio Pacelli, ha sido siempre el grito de quienes durante años lo han acusado de haber permitido las atrocidades del nazismo sin levantar la voz. Pero también ha habido quienes han interpretado su posición como una estrategia para poder ayudar a escapar a muchos judíos, entre otros, a Albert Einstein y Golda Meir.

El debate ha estado siempre abierto, desde que se inició el proceso para su beatificación en 1967. Nunca se cerró. Al final, fue Joseph Ratzinger quien en 2009 lo dejó en un decreto que reconocía como probadas las "virtudes heroicas" de Pacelli. Después de aquello, bastaba sólo el reconocimiento de un milagro para llegar a santo, algo más que improbable visto lo visto.

El hallazgo de la carta se produce gracias a una decisión del papa Francisco, que el 2020 accedió a la petición de historiadores y representantes de la comunidad hebrea y abrió el Archivo Secreto Vaticano con los documentos relativos al pontificado de Pío XII (1938-1958).

El papa Pío XII en una audiencia en el Vaticano.

El papa Pío XII en una audiencia en el Vaticano.

"La Iglesia no tiene miedo de la Historia"

"La Iglesia no tiene miedo de la Historia", proclamó el papa, declarado admirador de Pío XII, al anunciar su decisión. Al principio se abrieron sólo a historiadores, pero no fueron muchos los interesados. Así que Francisco decidió autorizar el acceso de cualquiera.

En total, son 170 volúmenes, casi 40.000 expedientes únicos, en los que se conservan las peticiones de ayuda dirigidas al papa por los judíos tras el inicio de la persecución nazi y fascista (también Italia aprobó las leyes raciales).

Fue así que el historiador alemán Michael Feldkamp descubrió que "Pío XII salvó personalmente a unos 15.000 judíos a través de sus esfuerzos personales, abriendo conventos y monasterios para que se escondieran".

Feldkamp se sumó también a quienes aseguraban que Pacelli supo del Holocausto desde el principio: "Con respecto al exterminio sistemático de judíos, envió un mensaje  al presidente estadounidense Franklin D. Roosvelt en marzo de 1942". Sin embargo, le faltó dar detalles. "Advertía de que algo estaba pasando en Europa, en las zonas de guerra. Los estadounidense no lo consideraron creíble".

Giovanni Coco añade ahora que Myron Taylor, representante personal de Roosevelt, había instado a Pío XII a hacer una declaración dura sobre la persecución de los judíos.

¿Por qué no lo hizo? El historiador vaticano cree que "influyeron otros temores: en primer lugar, la posibilidad concreta de represalias nazis contra los católicos polacos, su rebaño de fieles. Habría significado romper relaciones con los obispos de esa comunidad que ya se encontraba bajo el control nazi. Y luego En gran parte del mundo vaticano, existían prejuicios contra los judíos, no sólo a nivel religioso, sino a veces también a nivel antisemita".

La Santa Sede y el Tercer Reich

Lo que es innegable es que frente a eso no hizo nada. La Santa Sede nunca formuló una condena explícita del Tercer Reich y su régimen. Ni Pío XII reconoció públicamente a los judíos como víctimas del exterminio que se estaba produciendo mientras él estaba a la cabeza de la Iglesia católica.

Lo más que dijo públicamente entonces se recoge en su discurso de Navidad de aquel 1942, cuando ya conocía los horrores del régimen nazi, cuando Pacelli se refirió a los "centenares de miles de personas que, sin culpa alguna, a veces sólo por razones de nacionalidad, o linaje, están destinados a la muerte o al deterioro progresivo".

Hay muchas hipótesis que intentan explicar cómo fue posible que el papa asistiera a los horrores nazis sin intentar frenarlos. Casi todas se resumen en tres claves. La primera: un año después, la ocupación alemana de Roma lo complicó todo. Dos: la diplomacia de la Santa Sede se preocupaba por mantener su "imparcialidad" con respecto a los conflictos. Y tres: temía el posible castigo a los cristianos polacos como represalia si se enfrentaba a Hitler.

El puñal con la esvástica

Las investigaciones de Coco verán la luz este lunes. Los Archivos Apostólicos Vaticanos publican esta semana su trabajo en el volumen Las Cartas de Pío XII mas allá del mito. La trascendencia de sus hallazgos es evidente. Entre sus páginas, se encuentra una fotografía de un puñal grabado con la esvástica nazi. Fue encontrado en el apartamento de Pío XII por su sucesor, el Papa Juan XXIII.

Cuenta que el nuevo papa pidió explicaciones al entonces sustituto de la Secretaría de Estado, monseñor Angelo Dell'Acqua, quien, al no saber nada sobre el objeto, "se dirigió a sor Pascalina Lenhert, el oráculo de Pío XII, su ama de llaves. Y sor Pascalina le reveló que la daga había sido llevada a la audiencia por un miembro de las SS que iba a usarla contra Pío XII. Pero el soldado se había reformado y se la había regalado al Papa".

El debate no es fácil de cerrar. Coco lo ha reabierto y se prolongará en la conferencia internacional prevista en Roma, en la Pontificia Universidad Gregoriana, del 9 al 11 de octubre: Los nuevos documentos del pontificado de Pío XII y su significado para las relaciones judeo-cristianas.

Sobre el autor de esta publicación

Isabel Longhi-Bracaglia

Isabel Longhi-Bracaglia (Madrid, 1968) es periodista. Comenzó a ejercer convencida de la importancia de la información local en varios medios hace más de 30 años (Efe, Onda Cero, Telemadrid y El Mundo). En este diario, se especializó primero en temas sociales, en temas de comunicación después y en información internacional al final, antes de decidir mudarse a vivir a Italia. Desde allí, observa y cuenta en Republica.com lo que ocurre en este país, que la fascina.