La cifra de muertos a causa de los terremotos registrados el lunes en Turquía y Siria ha alcanzado ya los 20.451, en lo que parece un conteo imparable de fallecidos pese a que los equipos de rescate trabajan sin descanso sobre los escombros. Las autoridades turcas han informado de que más de 17.134 personas han muerto. En Siria hay alrededor de 3.317 fallecidos, de ellas 1.970 en las zonas del noroeste del país controladas por los rebeldes. En ambos países hay más de 75.000 heridos.
Durante la jornada, el Parlamento turco ha aprobado la declaración del estado de emergencia durante un periodo de tres meses en las diez provincias damnificadas, una propuesta presentada el martes por el propio Erdogan.
En Turquía, más de 100.000 miembros de equipos de salvamento y del Ejército están movilizados para rescatar a los supervivientes, pero el tiempo invernal, el grado de destrucción y la amplitud de la zona afectada complican los trabajos.
Una vez traspasado el límite de las 72 horas las esperanzas de encontrar a supervivientes se reducen.
Con todo, los rescatistas han continuado liberando en las últimas horas a personas de los escombros, incluidos cuatro menores que llevaban 84 horas sepultados.
"Lamentablemente hay saqueos de mercados en algunos lugares. El Estado reaccionará a eso mediante el estado de emergencia", dijo el mandatario en una declaración pública en Gaziantep, una gran ciudad situada al este del epicentro del terremoto.
En Siria el número de muertos por los terremotos en todo el país se eleva ya a 3.317 y el de heridos se sitúa en al menos 5.245, incluidas las áreas en manos de la oposición y las controladas por Damasco.
El primer convoy con ayuda humanitaria de la ONU llegó este jueves a las áreas opositoras del noroeste de Siria a través del paso fronterizo de Bab al Hawa, que une la provincia siria de Idlib con Turquía, casi cuatro días después del seísmo inicial.