Boris Johnson en Downing Street

EfeBoris Johnson, primer ministro del Reino Unido.Boris Johnson en Downing Street

Boris Johnson, el chico que quería ser el rey del mundo

El primer ministro británico asistió a una fiesta en su residencia oficial en plena pandemia. Ahora se ha descubierto que 'las fiestas de los viernes' eran habituales y que hubo una despedida durante los días de luto por la muerte del marido de Isabel II

La mañana del 21 de febrero de 2016, domingo, Boris Johnson abrió la puerta de su casa de Islington (Londres) y compareció ante los medios de comunicación. Jugando con las palabras, en tono casi jocoso para lo que correspondía a un momento complicado para Reino Unido, dijo: "I will be advocating Vote Leave or whatever the team is called - I understand there are many of them". Es decir, formaría parte del "equipo" que abogaba por abandonar la Unión Europea, se llamara este como se llamara porque, sabía, había equipos diferentes defendiendo el adiós a Europa.

Se acaba de poner en marcha el Brexit.

El entonces primer ministro David Cameron acababa de volver de Bruselas para renegociar un acuerdo con la UE y convencer a sus conciudadanos de que lo mejor para el Reino Unido era mantenerse al lado de sus socios. Cinco de sus compañeros de Gabinete anunciaron de inmediato que apoyarían la salida de la UE. La postura de Johnson parecía clave.

Y, sin embargo, ni él mismo la tenía clara. El fin de semana que Johnson anunció su decisión estuvo en la casa de campo familiar, en Oxfordshire. Allí escribió su columna habitual para el Daily Telegraph. Debía publicarla el lunes, 22 de febrero. En ella explicaría su decisión. "Escribió dos columnas, una a favor y otra en contra [de la permanencia]. De acuerdo a una persona que leyó las dos, los argumentos empleados en el artículo que defendía la permanencia eran más sólidos que los utilizados en el que defendía la salida de la UE. Así lo cuenta Andrew Gimson, biógrafo oficial de Johnson, en su libro Boris. The adventures of Boris Johnson. La columna publicada comenzaba: "Soy europeo. Es importante remarcar que no hay nada anti-europeo o xenófobo en querer votar [a favor de] la salida".

Nada mejor para describir a un personaje que se reconoce como "un chapucero".

Horas después, en la Cámara de los Comunes Cameron defendió sus acuerdos con la UE y lanzó un golpe directo al mentón de Johnson, su compañero en Eton. "Conozco a muchas parejas que han comenzado su proceso de divorcio, pero no sé de ninguna que haya iniciado el proceso de divorcio con la intención de renovar sus votos de matrimonio", dijo Cameron. Boris Johnson estaba en plena crisis matrimonial, camino de un divorcio.

Nueva oportunidad

Esta biografía llega hasta el año 2016, cuando, tras el triunfo de los Leavers -quienes apostaron por abandonar la UE- Cameron dimitió, Theresa May asumió el poder y Johnson -que estaba convencido de que esa era su oportunidad de llegar a Downing Street- fue designado responsable de Asuntos Exteriores, el prestigioso y mítico Foreign Office británico.

Boris Johnson, en campaña a favor del Brexit.

Boris Johnson, en campaña a favor del Brexit.

Un varapalo. Debía esperar otra oportunidad. Una vez más se sumergía Johnson en la espera, en la depresión y del primer plano pasaba a un plano secundario.

Johnson se mantuvo al frente del Foreign Office hasta el 9 de julio de 2018. Dimitió por sus desavenencias con May sobre el proceso de salida de la UE. La primera ministra dimitiría poco menos de un año después, el 24 de mayo de 2019, tras perder tres votaciones en el Parlamento, que rechazó los sucesivos acuerdos presentados con la Unión Europea que fijaban la hoja de ruta del Brexit.

La Reina de Inglaterra, Isabel II, encargó a Johnson formar Gobierno. Y el peculiar estudiante de Eton, el ex alcalde de Londres, el estrambótico político conservador, llegó al 10 de Downing Street, residencia de los primeros ministros y sede del Gobierno, el 24 de julio de 2019. En diciembre hubo elecciones generales y los Tories, liderados por el díscolo rubio, obtuvieron los mejores resultados desde la época de Margaret Thatcher, la Dama de Hierro que gobernó el país desde 1979 hasta su renuncia el 28 de noviembre de 1990, cuando su propio partido la sacó del poder.

El escándalo de las fiestas: acosado por los suyos

Esta es la misma tesitura en la que se encuentra hoy Johnson. Miembros del Partido Conservador han pedido su renuncia y se han lanzado a un proceso interno -y secreto- para buscar los apoyos necesarios -54 parlamentarios- para pedir lo que en España se conoce como voto de confianza.

Johnson es el centro de las críticas desde que en diciembre se destapara que durante la pandemia, cuando las restricciones prohibían a los británicos apenas unos pocos movimientos, él primer ministro asistió a una fiesta, el 20 de mayo de 2020, en los jardines de Downing Street, su residencia oficial.

Las imágenes difundidas por los medios muestran a Johnson tomando un vino junto a otros trabajadores de la residencia oficial, sin mantener distancia de seguridad alguna, y con otros empleados disfrutando de lo que parece ser una barbacoa.

Johnson compareció en el Parlamento, pidió disculpas, dijo que no había tenido conocimiento previo de la fiesta y explicó que acudió apenas 25 minutos porque pensó que era una reunión de trabajo. Falso, dijo de inmediato Dominic Cummings, el que entonces era su asesor y mano derecha. Cummings dijo que se le había advertido al primer ministro que aquello era una fiesta, que no debía asistir y que se incumplirían las restricciones que el propio Gobierno había impuesto al resto de ciudadanos.

Protestas contra Boris Johnson.

Protestas contra Boris Johnson por su actitud durante la pandemia.

No fue sólo aquella fiesta. Días después de surgir el escándalo bautizado ya como Partygate, se supo que en pleno luto por la muerte del Príncipe Felipe, marido de la Isabel II, se celebraron dos fiestas en Downing Street. En ellos estuvo implicado el ex jefe de prensa de Johnson, James Slack. Slack, hoy subdirector de The Sun, se ha disculpado por la celebración de su fiesta de despedida el 16 de abril de 2021.

Ahora se sabe, tras revelaciones del Daily Mail, que las 'fiestas de los viernes' eran una costumbre. La información del diario británico se ilustra con la imagen de unos operarios introduciendo a través de una puerta trasera de Downing Street una nevera cargada de bebidas alcohólicas el 11 de diciembre de 2020. Entonces en Inglaterra estaban prohibidas las reuniones entre no convivientes.

Johnson resiste pese a que la mayoría de los británicos -el 66%, según Savanta ComRes- piensa que debe dimitir. Entre ellos un sector importante -el 42%- de los votantes conservadores. La encuestadora YouGov rebaja al 56% el porcentaje de ciudadanos que considera que el primer ministro debe abandonar Downing Street.

"Lo llamaré Boris"

Alexander Boris de Pfeffel Johnson nació el 19 de junio de 1964 en Nueva York, donde sus padres, egresados de la Universidad de Oxford, se trasladaron a vivir. Sus padres, Stanley Johnson y Charlotte Johnson Wahl, residían en Nueva York, pero cuando ella estaba embarazada realizaron un viaje en coche hasta Laredo.

Desde allí viajaron a México, donde conocieron a Boris Litvin, padre de una compañera de Stanley en Oxford. Cuando la pareja, ante la inminencia del nacimiento de su primer hijo, decidió regresar a Estados Unidos, Litvin se negó a que hicieran el viaje de vuelta a Laredo -donde habían dejado su coche- en bus para, después, regresar por carretera a Nueva York.

Litvin le dijo a Stanley y a Charlotte: "Os pagaré un billete de primera clase hasta Nueva York". Charlotte se lo agradeció: "Gracias, señor Litvin...". Él cortó y replicó. "Llámame Boris". Y ella sentenció: "Oh, Boris, sea lo que sea, lo llamaré Boris". Es por eso que Johnson lleva ese segundo nombre, que en sus primeros tiempos de periodista desterró. Su firma era Alexander Johnson.

Boris Johnson en una intervención en la Cámara de los Comunes.

Boris Johnson en una intervención en la Cámara de los Comunes.

Educado en Eton -donde era un asiduo de las fiestas- y en Oxford -donde estudió Filología Clásica-, Johnson empezó su carrera periodística en el diario The Times -de donde lo echaron por inventarse una cita- y continuó en el Daily Telegraph.

Uno de sus artículos durante su etapa como corresponsal el Bruselas -ciudad en la que había pasado ocho años de su vida con sus padres- se convirtió en referencia de la mismísima Thatcher. Allí contaba los planes del socialista Jacques Delors, entonces presidente de la Comisión Europea, para dominar Europa.

En 1999 fue nombrado director de The Spectator y dos años después arrancaría su carrera política.

'El rey del mundo'

Miembro del Parlamento desde 2001, Johnson obtuvo su primera gran victoria cuando el 5 de mayo de 2008 derrotó al todopoderoso laborista Ken Livingstone, Ken 'El Rojo'. Johnson repitió victoria en 2012 y fue el gran protagonista -fuera del estadio- de los Juegos Olímpicos que albergó la capital de Inglaterra.

Pero su mirada estaba puesta en Downing Street. Cuando de pequeño le preguntaban qué quería ser de mayor, el respondía: "El rey del mundo". Un tanto retraído por la sordera congénita que sufría -varias operaciones le devolvieron parte de la audición-, siempre fue un niño competitivo. En la biografía de Gimson se explica cómo, espoleados por su padre, Alexander Boris y sus hermanos vivían en una competición permanente. Por subir a un árbol, por aprender a leer, por ganar una carrera, por...

Un día, Boris perdió un punto mientras jugaba un partido de ping-pong con su hermana, Rachel. La rabia fue tal que lanzó una patada contra la pared y se rompió un dedo. Cuando llegó, con 11 años, a la escuela preparatoria de Ashdown, antes de entrar en Eton, Johnson no sabía nada de Latin y Griego, por entonces materias fundamentales del currículum académico. En el primer periodo de exámenes, de los 15 estudiantes de la clase quedó, en esta materia, en el puesto 15. Tras el segundo periodo de exámenes, acabó en el sexto puesto, ocupó el primero al finalizar el curso.

Johnson es hoy primer ministro. Y todo se empezó a labrar aquél 21 de febrero de 2016, cuando ante los periodistas anunció que apoyaría el Brexit. En la mesa de trabajo de su casa había dos artículos que defendían una cosa y su contraria.

El ex diputado conservador Matthew Parris dejó escrito sobre Johnson en The Times: "La incompetencia no es divertida. La política vacua no es divertida. La pereza en la gestión no es divertida. El desinterés calculado por la verdad, no es divertido. Amenazar a antiguos compañeros, no es divertido. La frivolidad que se hace pasar por alegría, el cinismo que se hace pasar por astucia, un guiño y una sonrisa que esconden una traición... estas cosas no son graciosas".

Frases para describir a un primer ministro que fue capaz de escribir el mismo día a favor de la permanencia en la Unión Europea y en contra. Un primer ministro atrapado por las mentiras que los mismos que lo arroparon y lo defendieron hoy ponen de manifiesto. Un primer ministro que en Eton o en Downing Street no duda en participar en una fiesta esté el país confinado o de luto por la muerte de un príncipe. Si no está Johnson, no hay fiesta.

La dimisión

>> 7 de julio de 2022. Meses después de escribirse y publicarse en República esta historia, Boris Johnson ha dimitido, según informan varios medios británicos. Las renuncias en cadena de miembros de su gabinete han hecho insostenible su situación. Su intención sería continuar hasta otoño, cuando la convención anual del Partido Conservador elegirá a su nuevo líder.

Sobre el autor de esta publicación

Fernando Mas Paradiso

Historiador y Máster en Historia. Inició su carrera como periodista en el diario El Mundo (España) en 1989, donde ejerció como redactor, jefe de sección, redactor jefe, corresponsal en Londres y subdirector de www.elmundo.es en dos etapas. En 2014 modificó su rumbo profesional. En 2016 fundó El Independiente. Tras dos años en el proyecto se lanzó a la consultoría de medios. Nació en Montevideo (Uruguay) en 1966 y reside en España desde 1976.