El conflicto entre Rusia y Ucrania es un viejo conocido en la diplomacia internacional. La relación entre ambos territorios ha estado siempre marcada por un débil equilibrio de poder que finalmente ha saltado por los aires. Este jueves 24 de febrero, Rusia atacó Ucrania desencadenando un conflicto de consecuencias aún impredecibles. Estas son las diez claves, desde el punto de vista histórico y económico, para entender la intervención militar rusa, y muchas de ellas, las ha dado el propio Vladimir Putin, consciente del potencial exportador y de la posición geopolítica de Ucrania, la puerta de entrada de Rusia hacia Europa.
1. El desmembramiento de la URSS
"Ucrania no es solo un país vecino (...) Es parte inalienable de nuestra propia historia, cultura y espacio espiritual (...) "Nuestro parentesco se ha transmitido de generación en generación. (...) Juntos siempre hemos sido y seremos muchas veces más fuertes y exitosos. Porque somos un solo pueblo".
El propio Putin desvelaba en su discurso del lunes una de las claves de los intereses de Rusia en este conflicto: y es que el presidente ruso defiende que la Ucrania actual tiene su origen en Rusia, en la Rusia bolchevique, y no acepta su acercamiento en la última década hacia la Unión Europea.
El líder del Kremlin ha recordado que Josef Stalin incorpora Ucrania a la Unión Soviética y le transfiere territorios que antes pertenecían a Polonia, Rumanía y Hungría. Recuerda que le dio a Polonia parte de lo que tradicionalmente era tierra alemana como compensación; y recuerda que en 1954 Nikita Kruschev le quitó Crimea a Rusia para también dársela a Ucrania. Así las cosas, Putin nunca ha considerado que las fronteras entre repúblicas fueran estatales.
Según argumenta Putin, Moscú hizo todo lo posible para que Ucrania se estableciera como un país independiente, asegurando que durante la década de 1990 y hasta nuestros días Ucrania y Rusia se han desarrollado como un solo sistema económico.
"La profunda cooperación que tuvimos hace 30 años es un ejemplo que la Unión Europea debe admirar", aseguró Putin en su discurso, en una muestra del recelo que siente por el acercamiento de las autoridades ucranianas al bloque comunitario.
2. El Maidán y el acercamiento de Ucrania a la UE
Estos recelos se remontan a su vez a 2013, cuando el entonces presidente de Ucrania, el prorruso Victor Yanukóvich, suspende la firma de un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, precisamente por las presiones de Rusia, con oferta económica incluida, como negociar el precio del gas.
Esta cancelación supuso una oleada de protestas en el oeste de Ucrania, que desembocaron en una gran marcha celebrada el 24 de noviembre de 2013 contra el Gobierno en la plaza de la Independencia (Maidán) de Kiev. Esta convulsa manifestación del pueblo ucraniano se extendió por todo el país durante meses y provocó la salida del prorruso Yanukóvich.
Finalmente, en 2014, Ucrania firmaba el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, un documento que no supone la entrada en el club comunitario, pero sí la ampliación y consolidación de los vínculos económicos entre la UE y Ucrania, en detrimento de la influencia de Putin en el país.
El acercamiento de Ucrania a la UE y el citado Maidán -la revolución cívica que a finales de 2013 demandaba más democracia en las calles de Kiev- han ido de la mano en los últimos años y es una de las preocupaciones de Putin y de las claves del conflicto.
El líder ruso teme una revolución similar a la que ha vivido Ucrania entre la población de su país, una revolución con tintes nacionalistas y europeístas que Putin quiere lejos de su ámbito.
3. La expansión de la OTAN hacia el Este
"Nunca permitiremos que nuestros territorios históricos y las personas cercanas a nosotros que viven allí se utilicen contra Rusia. Y a los que emprendan tal intento, quisiera decirles que así destruirán su propio país", advirtió Putin en su discurso antes de iniciar la invasión, dejando claro que no aceptará que Ucrania, sus "hermanos", estén bajo la órbita de Occidente y de los aliados.
Y esta es otra de las claves para entender el conflicto: con estos lazos que Putin considera fraternales con Ucrania, Rusia no aceptará que su país "hermano" pretenda entrar en la OTAN, una cuestión que por otra parte nunca parece haber estado de manera oficial sobre la mesa de la Alianza Atlántica.
Pero sí está sobre la mesa la palabra dada y no cumplida por parte de los aliados tras el Pacto de Varsovia: fue un acuerdo verbal entre Gorbachov y la Alianza Atlántica para que ésta no ampliara su paraguas hacia el este, algo que sobre el mapa no ha cumplido.
En 1999, Polonia, Hungría y la República Checa se unieron a la organización. La otra expansion llegó en 2004 con la adhesión de siete países de Europa central y oriental: Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia. Esta expansión llegó con Putin ya en el poder, pero también con una idea clara por parte del líder ruso: Ucrania era una frontera que la OTAN nunca podría atravesar.
4. La presencia nuclear de Ucrania
Entre las razones por las que Putin marcó esa línea roja para los aliados estaba la presencia nuclear de Ucrania. Ya lo advirtió este jueves el director general del OIEA, la agencia nuclear de la ONU, Rafael Grossi. "Máxima moderación" pidió para evitar cualquier acción que pueda poner en peligro las instalaciones nucleares en Ucrania, incluyendo la antigua planta de Chernóbil.
Desde finales del siglo XX, Ucrania cuenta con 1.900 ojivas nucleares. Llegó a ser el tercer país con más armas atómicas, después de Estados Unidos y la URSS. Esos silos estratégicos, aunque ya en desuso, siguen en territorio ucraniano y son de 27 a 37 veces más poderosas que las que pulverizaron Hiroshima, según un artículo del investigador Steven Pifer 'Order from Chaos. Why care about Ukraine and the Budapest Memorandum', publicado por Brookings Institution.
De hecho, uno de los primeros objetivos del Ejército de Rusia ha sido la ocupación de la antigua central nuclear de Chernóbil, como informaba este viernes la agencia UNIAN. "Tras un cruento combate perdimos el control de Chernóbil", afirmó el asesor de la Presidencia ucraniana, Mijaíl Podoliak.
La zona de exclusión de Chernóbil, que se encuentra separada de territorio bielorruso por el río Prípiat, que da nombre a la ciudad en la que vivían los trabajadores de la planta soviética, es patrullada desde hace semanas por la guardia nacional ucraniana.
Según recoge EFE, un sarcófago de fabricación francesa cubre ahora el averiado cuarto reactor nuclear que esparció hasta 200 toneladas de material con una radiactividad de 50 millones de curies, equivalente a 500 bombas atómicas como la lanzada en Hiroshima.
5. La crisis de Crimea
En este polvorín y en este contexto proeuropeo surge otra de las claves de este conflicto: la independencia en la península de Crimea. Fue en febrero de 2014, cuando en medio de la cruenta revuelta popular (con 100 muertos) y la marcha de Yanukóvich, en la capital de la península ucraniana de Crimea (Simferópol), militantes prorrusos se enfrentan a partidarios de la unidad de Ucrania en un episodio en el que habrían participado desde tropas rusas hasta espías del Kremlin para provocar la anexión de Crimea a Rusia.
En el mes de marzo de 2014, el viceprimer ministro de la región, Rustam Temirgalíev, impulsa la celebración de un referéndum de autonomía y declara la independencia del territorio el 18 de marzo, en medio de acusaciones de fraude por el apoyo de Rusia a las fuerzas separatistas.
Y es que el Kremlin posicionó sus tropas en la zona, argumentando que el obetivo era el de garantizar la integridad de los habitantes rusos de Crimea y de las bases que posee en la península.
Este posicionamiento de tropas provocó la congelación de las relaciones entre Occidente y Rusia y provocó la imposición de sanciones por parte de Estados Unidos y la Unión Europea.
6. La guerra del Donbás
Entre abril y mayo de 2014, la crisis de Crimea se traslada a la región del Donbás, cuando rebeldes separatistas de los territorios de Donetsk y Lugansk autoproclaman ambas zonas "repúblicas populares" y reclaman su integración en Rusia.
Esta región del este de Ucrania -y su conflicto- es de hecho uno de los puntos que más relaci´pon guarda con los últimos acontecimientos de la ofensiva militar, ya que Putin -días antes de lanzar la operación sobre Ucrania-, reconocía la independencia de Donetsk y Lugansk.
Y lo reconocía echando por tierra los conocidos como los Acuerdos de Minsk, bajo los cuales Ucrania, Rusia y representantes separatistas de Donetsk y Lugansk firmaron en la ciudad del mismo nombre un acuerdo para poner fin a la guerra bajo el amparo de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). El alto el fuego apenas duró una semana y, pese a los intentos por resolver el conflicto -de la mano incluso de Francia y Alemania-, las diferentes reuniones terminan sin avances.
7. Ucrania, el granero de Europa
Las provincias de Donetsk y Lugansk, están además entre algunas de las principales zonas agrícolas de Ucrania, a parte de Jarkov, Dnipropetrovsk o Zaporizhzhia. Este hecho, supone otra de las claves del conflicto, no solo por los intereses en juego, sino porque la guerra podría amenazar las cosechas, provocar una gran escasez de cereales y con ello, el aumento de su precio. Y es que Ucrania es el primer país en Europa en términos de superficie de tierra cultivable.
En 2014, cuando Rusia invadió Ucrania durante la mencionada crisis de Crimea, los precios del trigo se dispararon, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España. Por aquel entonces, Rusia aún no era el principal exportador de cereales del mundo, como lo es ahora.
Así, una de las primeras consecuencias de la guerra en Ucrania se tradujo este jueves en la suspensión del mercado de cereales en España. Nuestro país es deficitario en cereales, por lo que compra en el mercado ucraniano cerca de un 30% de sus importaciones de maíz y el 60% de las de girasol.
Y es que Ucrania es el primer proveedor de maíz del mercado español, seguido por Brasil. Ucrania es además el cuarto país en abastecimiento de trigo (por detrás de Francia, Bulgaria y Lituania) y el primero en el suministro de girasol, según datos de la Asociación de Comercio de Cereales de Oleaginosas de España (Accoe).
8. El gas y el Nord Stream 2
Europa depende en gran medida del gas de Rusia y entre las claves de este conflicto está el gas y el Nord Stream 2. El gasoducto unirá Rusia, a través del mar Báltico, con Alemania. Anunciado en el año 2015, consta de dos tuberías de 1.200 kilómetros, con un valor de 11.000 millones de dólares y con una capacidad total para transportar 55.000 millones de metros cúbicos de gas al año.
Más allá de estas características y del proyecto inicialmente comercial, el gasoducto lleva consigo toda una batalla política 'subterránea' con consecuencias geoestratégicas que ahoa han entrado en juego.
Y es que el Nord Stream 2 es la vía para enviar gas sin pasar por Polonia... o por Ucrania. Por eso el gas y Ucrania está en el centro del debate y del conflicti, ya que el hecho de que el gas no atraviese terreno ucraniano implica dejar de paga por los derechos de paso, por lo que son muchas las voces que apuntan a que la crisis del gas vivida desde hace unos meses ha sido impulsada por el propio Kremlin para poner en marcha el gasoducto, propiedad del gigante ruso Gazprom.
El propio presidente de Ucrania llegó a decir que el Nord Stream 2 es "un arma política peligrosa". Y así se ha visto, cuando Estados Unidos y Alemania, en plena coordinación y en plena crisis paralizaban el gasoducto anunciando además nuevas sanciones para funcionarios de la empresa encargada de la infraestructura.
El Nord Stream 2 iba a ser el gran proyecto que dejaría el gas a las puertas de Europa, rebajando costes y por tanto el precio final de la energía. Por tanto, la paralización es un gran obstáculo y una de las principales consecuencias de esta guerra para Occidente, por un lado económica, y por otro política, ya que deja a Putin con el control de la mayor parte del suministro de gas.
9. China y Estados Unidos...
Y en el trasfondo de toda la crisis, China: un tradicional aliado de Rusia, en plena celebración de unos Juegos Olímpicos de Invierno -marcados por el boicot de EEUU- y manteniendo -sospechosamente- las distancias en el conflicto. Y es que según explica el catedrático Pablo Dávalos, citado por EFE, en la operación militar rusa en Ucrania se podrían estar marcando los nuevos límites entre el Este y el Oeste en el mapa geopolítico y económico mundial, en el que "China está desplazando a occidente".
Consolidada ya como la segunda economía más importante en el mundo, con Estados Unidos perdiendo terreno político incluso en América Latina, "China tiene más recursos y genera créditos sin condiciones", por lo que se ha convertido en una de las principales fuentes de financiación en la región y en el mundo, agrega el catedrático.
China evitó así condenar el ataque de Rusia a Ucrania, mientras pedía una salida diplomática solo días después de que el presidente chino, Xi Jinping, afianzara su alianza con Putin. "China entiende las legítimas preocupaciones de seguridad de Rusia (...) y siempre respeta la soberanía y la integridad territorial de los estados", llegaba a asegurar el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, al inicio del conflicto asegurando que la crisis es "especialmente compleja por sus connotaciones históricas".
10. ... y su lugar en el mundo
Al igual que China, Estados Unidos también se juega con este conflicto su lugar en el mundo. Con el presidente Joe Biden en la Casa Blanca, con una toma de posesión apenas días después de un inédito asalto al Capitolio, y con un país polarizado, a la Administración estadounidense no le interesa un conflicto en Ucrania.
Con una estraegia que se ha limitado a comunicar los avances de las tropas rusas, retirar a sus ciudadanos y aventurarse a pronosticar el día de la invasión, Biden intenta centrarse en sus asunto internos en un difícil equilibrio por mantener un papel en el orden mundial.
El presidente de Estados Unidos es consciente de que está en la mitad de su mandato, con las encuestas al límite (un 41% de los ciudadanos a su favor, según el Pew Research Center), y que un conflicto internacional puede hacer derivar su trabajo hacia un lado u otro.
Con el fantasma de la retirada de Afganistán aún reciente, y el peso de la guerra de Irak, la ofensiva de Rusia en Ucrania puede ser determinante para el mandato de Biden y para la posición de Estados Unidos en el mapa geopolítico, con China acerándose ya a los talones.