El morbo, los millones de Messi
El Atlético de Madrid ha aumentado su diferencia en la Liga con respecto al Real Madrid, pero ello no es noticia de primera plana. Que el Madrid perdiera el sábado en Valdebebas con el Levante, dejó de ser importante el domingo. Lo que comenzó a ser morboso y motivo de comentarios para minimizar las constantes derrotas madridistas y más que la posible revancha del Barcelona frente al Athletic que lo derrotó en la Supercopa, fueron las cuentas de Leo Messi, es decir, el salario de 555 millones de euros que le firmó el club barcelonés por cuatro años.
En año de pandemia, cuando la mayoría de los clubes están en pérdidas y algunos incluso, como el Madrid, han tenido que recurrir a descontar un porcentaje de los contratos a los jugadores, aparece la sensacional primicia de que Messi deja en ridículo las cuentas del Gran Capitán porque traspasadas al fútbol impresionan los apartados de palas y azadones. Messi es de los jugadores que aceptó rebajarse el sueldo como todos sus compañeros, pero es evidente que su aportación fue mayor que la de sus colegas y consecuentemente, más beneficiosa para la entidad porque el diez por ciento de Messi es tanto como la ficha de algunos de los jóvenes de la plantilla.
Se ha armado el alboroto porque las cifras que se manejan son escandalosas si se comparan con profesiones más beneficiosas para la sociedad. Una vez más se cae en la cuestión de si es razonable que determinadas gentes del espectáculo perciban cifras como las que se adjudican a Messi. A mí, por ejemplo, me parecen más exagerados los contratos de determinados cantantes que, para que se le oiga, necesitan permanentemente el micrófono y los auxilios de electrónicos.
Con el asunto Messi nos metemos en la polémica sobre si lo que percibe está de acuerdo con lo que produce. Al margen de los grandes resultados deportivos que ha llevado al Barça en todos los torneos en que ha participado, es evidente que los contratos de la sociedad con anunciantes de todo tipo, proveedores y patrocinadores, no alcanzan la misma dimensión cuando en el equipo está Messi. Los ingresos por televisión con un jugador que lleva siempre a los primeros lugares son superiores a los que logran otros colegas. Las marcas de ropa deportiva no pagan lo mismo cuando la luce Messi que cuando el conjunto está en la medianía. En la discusión sobre el asunto entra de lleno el argumento de quienes defienden las cantidades que ingresa el jugador. Aducen que proporciona a las arcas del club cantidades muy superiores a las de sus compañeros. Con ello se establecen teorías según las cuales lo percibido no es tan desmesurado si a ello se restan las cantidades aportadas.
Posdata. Luis Suárez continúa marcando goles. Esa si es operación nefasta para el Barça.