Los bombos nos han jugado mala pasada. Nos han privado de la teoría de los bolas frías y calientes a pesar de que para Real Madrid y Barcelona el sorteo no ha sido desfavorable ya que les han correspondido dos equipos que en teoría son de los más flojos entre los aspirantes a la final. El Madrid se enfrentará al viejo conocido Ajax y al Barça le ha tocado el Olympique de Lyon. Pero la noticia, lo que se ha impuesto en los comentarios ha sido el hecho de que al Atlético le haya correspondido la Juventus. O lo que es más claro, recibirá en el Metropolitano a Cristiano. Es tal vez el peor adversario, mas también es el que ofrece mejores ventajas económicas. El primer partido se disputará en el coliseo colchonero lo que proporcionará un entradón. En estos casos jugar el primer encuentro en casa opone, al inconveniente deportivo de jugársela en la vuelta, la ventaja de unos dineros muy golosos cuando nada está decidido.

Ya tenemos a mano las portadas, las grandes apuestas, los pronósticos más llamativos. Cristiano vuelve a casa y ello es más que noticia. Ello tiene interés malsano. Será el foco de todos los objetivos, será perseguido por las cámaras de televisión y todas y cada una de sus acciones será imagen preferente. Será la primera vez que un equipo foráneo ocupe más atención que el Madrid. La emoción estará en el coliseo rojiblanco. Todo lo demás será segundo plano.

El portugués no se está mostrando mínimamente agradecido al Madrid que le pagó generosamente y lo promocionó para que la obtención de los Balones de Oro le resultara más fácil. En otro club con menos presencia en los medios internacionales sus méritos habrían sido menos valorados. El Madrid proporciona un plus. Da más popularidad mundialmente y ello favorece la admiración de más miles de personas. Ya lo tenemos otra vez presente. De aquí a enero su nombre no pasará inadvertido.

Posdata. También habría tenido morbo el City de Guardiola, pero para él ha sido la bolita del Schalke, el más deseado.