El deber y el pagar
Estamos en un sinvivir. Hay quienes afirman que Cristiano no pagará los 14,7 millones de euros que le reclaman en Hacienda y hay quienes prefieren advertir de que sólo lo hará después de verse con la jueza. Los más recalcitrantes, aquellos que consideran que saldrá bien librado de su paso por los tribunales, aseguran que no soltará la pasta, que en este caso es más que gansa. El grupo de los amantes de los arreglos amistosos entienden que habrá acuerdo y que el jugador abonará la mitad de lo reclamado y el club pondrá la otra mejilla, es decir, la segunda parte de la parte contratante. Y después de ello, seguirá en el club y todos contentos.
Que todos queden satisfechos es más complicado. De entrada, porque la jueza tiene algo que decir. Algo más que lo que se opina desde fuera del juzgado. Podría ocurrir que los pactos que ha habido hasta ahora, el más reciente el de Di María, no sea tan factible en el caso de Cristiano. Visto el asunto desde cualquier punto de vista es evidente que en época en que no se concretan los grandes fichajes, cuando Florentino Pérez no ha echado mano de su una de sus bombas mediáticas veraniegas, de momento al menos, el asunto Cristiano sirve para distracción del personal civil y alimenta las páginas de los diarios y las informaciones de los telediarios. Con algún divertimento hay que solazarse.
A los defraudadores del Barça se les recordó aquello de la zarzuela “Katiuska”, del autor más perseguido tras la Guerra Civil, don Pablo Sorozábal, el vendedor de las medias de “La corona Imperial”, en Rusia recordaba al deudor que en contra de aquello de que “el deber es el deber”, respondía que “el deber es el pagar”. Y en esas estamos.
Posdata. Sorprende que el Madrid no difumine con gran fichaje el caso Cristiano.