Medio partido con espíritu copero
El primer tiempo del partido Barcelona-Real Sociedad podría haber sido para el olvido total de no haber marcado Denis Suárez el primer tanto de la noche. Todo lo demás sobró. Al encuentro le faltaba la salsa de la Copa y ocurrió todo en la segunda mitad. El penalti a Neymar, que convirtió Messi en gol podía dar que pensar que todo estaba resuelto y no fue así. Consecuencia de gran parada de Cillesen, y la pérdida de oportunidad realista llevó al penalti en el contragolpe. De ahí en adelante el público pudo disfrutar de jornada de grandes emociones. Messi, quince goles en quince partidos consecutivos, fue armador de casi todos los tantos de su equipo.
Tras el descanso, el juego comenzó a ser propio de eliminatoria copera y hasta hubo alguna jugadas broncas que obligaron al árbitro a mostrar tarjetas. Juanmi, de vaselina, batió a Cillesen y ambos equipos crecieron en intenciones atacantes. El 3-2, con William José de hábil rematador, puso más revoluciones y el Barça ya no quiso pasar por el mínimo susto y Arda Turan y Denis Suárez llevaron dos dianas más al marcador.
La Real Sociedad es el equipo que más ha crecido en la presente temporada. La aparición de jugadores como Oyarzabal, gran descubrimiento, la consolidación de Zurutuza, la firmeza defensiva de Iñigo Martínez, la inspiración a ráfagas del mexicano Carlos Vela y la peligrosidad del delantero centro, William José, de la mano de Eusebio Sacristán, el conjunto se ha convertido en uno de los protagonistas de Liga y Copa.
El partido de vuelta de la eliminatoria de cuartos de final estaba marcado por el 0-1 de Anoeta. Ello, sin embargo, no era condena para los donostiarras. Llegaron al Camp Nou sin complejos y con la idea de no dar por perdido el partido. Para los realistas era necesario jugar con precaución debida la categoría de los atacantes azulgrana. Para ello Eusebio dispuso dos barreras en el centro. Illarramendi mandaba tratando de tapar huecos, como Mascherano en el campo contrario. Con dos equipos dispuestos a presionar el juego quedó casi reducido a una franja en el centro de la cancha.
Poco peligro se creó en las porterías. Al Barça le costaba sacar el balón jugado. Las ausencias de Busquets e Iniesta resultaban notorias. La falta de imaginación para crear jugadas se transmitía con los constantes pases hacia atrás, hacia su portero, Cillesen, quien acababa por mandar del balón lejos, tarea que parece estar prohibida de los zagueros.
André Gomes no acaba de hallarse en el medio campo barcelonista. Denis Suárez se nueve más y suyos fueron dos goles. El primero pudo haber cambiado la dinámica dado que la Real ya estaba obligada a remontada mayor y no fue así porque reaccionó y no dio por perdida la eliminatoria hasta que el resultado resultó definitivo. Mucho centrocampismo, lentitud en el juego y minutos empalagosos. La segunda parte compensó lo vivido con anterioridad.