Doble triunfo en el doble duelo contra alemanes
No era el himno de la Uefa ni una música deportiva la que recibió al Barcelona en el Borussia Park. Fue la “Marcha triunfal de Aída”. Los seguidores del equipo de Moenchengladbach no han olvidado el partido que perdieron en el Bernabéu en 1976, con ayuda decisiva del árbitro. Contra aquel recuerdo ingrato se habían conjurado esta vez. El Barça acudía sin Messi y ello se iba a notar. El Atlético le perdió el respeto al Bayern Munich en la pasada temporada y pretendía volver a hacer lo mismo. Ambos conjuntos cumplieron con su objetivo. El duelo contra Alemania fue doble victoria.
A los descansos se llegó con ventaja de los locales en Alemania y Madrid. El Atlético había cumplido con su papel. El equipo barcelonés había jugado desfigurado. Se repuso en la segunda parte, entre otras razones, porque Luis Enrique sustituyó a Alcácer y Rakitic y con la entrada de Rafinha y Arda hubo notoria mejora.
En teoría, era Neymar quien tenía que asumir el papel de suplir a Messi. No lo consiguió ni por asomo. Quedó encomendado a la labor de ser el conductor en la fase final de la jugada y no estuvo muy lucido. Recibió el balcón de espaldas y en noche en que el juego habitual del Barcelona desapareció totalmente no hubo quien tomara el mando de manera decisiva como suele hacerlo el argentino. Apareció para dar el pase de gol a Arda que fue el empate.
Lo inesperado era que Busquets perdiera más de un balón. Sorprendente fue que en una de tales ocasiones llegara el tanto del Borussia. Hazard llevó la pelota a la red de Ter Stegen, pero el hombre que protagonizó las mejores jugadas, incluida la del tanto, fue Rafael a quien los defensores barcelonistas no consiguieron controlar. Lesionado, no jugó la mayor parte de la segunda mitad. Fue alivio para el Barça.
El Borussia planteó un fútbol rápido y a la contra y el Barça, que no fue ni el del toque ni el de las contras, se entretuvo en exceso. Con lentitud no hubo manera de llegar al área con alguna ventaja.
Tuvo varias ocasiones de gol en jugadas de escaso control y no alcanzó el remate decisivo. Las mejores apuestas fueron de Luis Suárez pero el portero germano estuvo muy acertado y detuvo los disparos.
Suárez y Alcácer no fueron pareja sincronizada. El ex valencianista estuvo minutos sin tocar el balón y en las dos ocasiones en que estuvo cerca del gol le ganaron la partida los defensas contrarios.
El Atlético estuvo en su papel. Torres estrelló un remate en un palo y Griezmann, en jugada de gran visión, le mandó la pelota a Carrasco quien no dudo un instante y su disparo, aunque dio en un palo, llegó a la red. Simeone no modificó sus habitual sistema. Mantuvo la reciedumbre defensiva y con Koke de arma efectiva en el centro y la facilidad para los desmarques logró tomar ventaja. El Atlético, de nuevo, a su estilo, superó a un aspirante al título como es el Bayern. No es novedad porque lo hizo en la temporada pasada. Esta vez no remató eufórico porque Griezmann falló un penalti.
El Barça no tuvo la eficacia de otras ocasiones en que Sergi Roberto y Jordi Alba no fueron los estiletes de las bandas que se precisaban en noche en que por el centro no se superaba la barrera local. Cometió demasiadas imprecisiones en el pase. Se cumplió con lo deseado, el triunfo, que fue suficiente.