Luis Enrique tiene el mismo gozoso problema de Ancelotti: los innegociables. Ambos están obligados a alinear a los tres genios de la delantera. El entrenador barcelonista, contra el Getafe, optó por contar con suplentes como Bartra, Mathieu y Adriano en defensa y Rafinha y Xavi en la zona media. Delante los intocables. Los tres, a la media hora, habían marcado tres goles. Suárez repitió antes del descanso y Xavi completó los cinco. La segunda parte se hizo larga en lo tocante a goles porque solamente hubo uno más. El juego, en cambio no dejó de ser distraído. Los barcelonistas, que disfrutaron en la primera parte, con el resultado a favor intentaron lo imposible en jugadas al borde del área con paredes ante la nutrida zaga getafense.

El entrenador azulgrana no se contentó con las rotaciones del principio. Luego fue dando paso a Sergi Roberto, Pedro y Montoya para que todos pudieran disfrutar de tarde tan plácida. El Getafe bastante hizo con no sufrir mayor afrenta. Guaita recibió seis tantos, pero en todas las ocasiones fue batido sin que pudiera hacer más. Lo mejor del partido no fue solo el modo en que se empleó el Barça, sino en la belleza de sus tantos.

Suárez y Messi hicieron doblete y Neymar y Xavi completaron la media docena. Entre los goles hubo al menos tres para recordar. No hubo más porque los delanteros barcelonistas quisieron apurar en exceso la jugada y, en alguna ocasión, rizaron el rizo y ello dio ocasión al despeje de los madrileños.

El Barça está mostrando en la parte final de la temporada la fortaleza que se le puso en cuestión hace dos meses. El equipo parece que se ha reencontrado y ha vuelto a sus orígenes futbolísticos. Ha recuperado su obsesión por la posesión de la pelota y se ha encontrado con nuevo Messi. Ya no es sólo el goleador de siempre. Se ha convertido en el mejor pasador del equipo. Sus compañeros tienen asegurado en cada encuentro más de un balón con el que encarar la portería contraria.