Cristiano agredió y fue expulsado
Cristiano Ronaldo es jugador extraordinario. Puede equipararse a Messi y ocupar el primer puesto del mundo ex aequo. Humanamente es de tercera división. Nunca ha sabido comportarse como un auténtico profesional en el campo. Como un caballero. Siempre pretende arbitrar los partidos y, en ocasiones, desprecia a sus adversarios a quienes ha llegado a insultar y humillar. Siempre ha presumido de ser guapo, rico y campeón. El sábado, en Córdoba mostró la peor de sus caras. La de individuo tonto para vender arena. Agredió a contrarios. Hubo patada y manotazo aunque el árbitro solamente escribió en el acta lo del puntapié. Expulsado se fue del campo sacándole brillo al emblema de su camiseta que lleva el Madrid por haber ganado el Mundialito de clubes, título que conquistó otras veces su equipo sin él aunque se llamara Copa Intercontinental.
El árbitro, internacional, no tuvo el suficiente coraje para denunciar todo lo sucedido y ahora nos toparemos con que el Comité de Competición no actuará de oficio y por ello el castigo le será aplicado de acuerdo con uno solo de los delitos, el más suave. Al no constar la agresión la suspensión será benévola. Con tal decisión tendremos polémica nacional porque surgirán otros ejemplos en los que los castigos han sido superiores e inevitablemente, se acabará por afirmar que el Madrid, como antaño, goza de la protección de algunos árbitros.
Es lástima que futbolista tan extraordinario le cree mal ambiente a su equipo en la mayoría de los campos españoles. Mostrar la escarapela del Mundialito camino de los vestuarios, sacándole brillo era acto provocativo. Era tanto como decir al público aquí estoy yo y los demás no se pueden comparar.
El Madrid logró vencer al Córdoba aunque fue con sufrimiento y mantiene el liderato. Causó disgusto entre los madridistas el juego exhibido. Las últimas actuaciones han puesto en guardia a sus seguidores y en los medios se cuestiona la actitud actual y el modo en que juega. Cristiano no está en sus mejor momento y en Córdoba tal vez tuvo un gesto de desesperación, de impotencia. El Barça venció con más comodidad cuando se puso a correr. Messi y Neymar se han convertido en una dupla que se divierte. Es lo mejor de los últimos encuentros. Luis Enrique no está en la picota como semanas atrás. El Atlético también tuvo un pequeño susto, pero acabó venciendo al Rayo. Griezman se está convirtiendo en el arma más efectiva del ataque. La cabeza de la Liga sigue intacta.